Vida de san Pablo CBSJ = Comentario Bíblico de san Jerónimo (Libro III. NT I. pág. 547)

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Vida de san Pablo CBSJ = Comentario Bíblico de san Jerónimo (Libro III. NT I. pág. 547)
  1. I. El nombre de Pablo

    Annotations:

    • El Apóstol se llama a sí mismo en sus cartas Paulos. Este nombre aparece también en 2 Pe 3,15 y en Act a partir de 13,9.
    • Antes de Act 13,9 se le llama Saulos (7,58; 8,1.3; 9, 1, etc.), que es la forma griega de Saoul.
    • En esta segunda forma sólo aparece escrito en los relatos de la conversión (9,4.17; 22,7.13; 26,14) y equivale al hebreo Sa'ül, el nombre del primer rey del antiguo Israel (1 Sm 9,2.17; 10,1, etc.; Act 13,21). Significa «pedido» (de Dios o de Yahvé).
    • Act 13,9 señala el paso de «Saulo» a «Pablo» (exceptuando que se mantiene Saoul en los siguientes relatos de la conversión). Aquí encontramos Saulos de kai Paulos, «Saulo, conocido también por Pablo». El  nombre Paulos es la forma griega del conocido cognomen o nombre de familia romano Paulus, usado por la gran gens Emilia. Sólo conjeturas podemos hacer sobre la forma en que Pablo obtuvo este nombre romano.
    • Es, sin duda alguna, pura coincidencia el que Saulo empiece a llamarse Pablo. No hay pruebas de que «Saulo» se cambiara por «Pablo» en el momento de su conversión. De hecho, después de ésta se sigue usando Saulos en Act. Lo probable es que el cambio se deba al empleo de diferentes fuentes de información por Lucas. Si bien paulus significa en latín «pequeño», «exiguo», nada tiene que ver con la estatura o modestia de Pablo.
    1. II. Fuentes y cronología de la vida de Pablo

      Annotations:

      • Lo poco que sabemos acerca del Apóstol ha llegado hasta nosotros a través de dos fuentes: 1) sus cartas, principalmente Gal 1,15-23; 2,1-14; Flp 3,5-6; 4,16; 1 Cor 7,7; 16,5-8; 2 Cor 2,1.9-13; 11,32-33; 12,2-4.14.21; 13,1.10; Rom 11,1; 15,22-28. Los detalles de las Pastorales sólo pueden utilizarse en el supuesto de que estas cartas sean auténticas composiciones paulinas (—> Cartas pastorales, 57:6-11); y 2) Act 7,58; 8,1-3; 9,1-30; 11,25-30; 12,25; 13,1-28,31.
      • hay cinco acontecimien-tos extrabíblicos fechados que nos ayudan a establecer el esquema de la vida de Pablo. Se trata de los siguientes: 1) El regreso de Poncio Pilato, prefecto de Judea, a Roma el año 36. El legado de Siria, Lucio Vitelio, lo mandó allá para que respondiera a Antonio Félix como procurador de Judea ca. 60. Es difícil determinar exactamente la fecha de esta sucesión; la que damos aquí es propuesta por E. Schürer, HJPTJC 1/2, 182-84; C. Erbes, TU 19 (1899), 16-36; cf. J. Finegan, Handbook of Biblical Chronology (Princeton, 1964), 322-24. A la llegada del nuevo procurador, Pablo apeló al cesar, para ser juzgado en Roma (Act 24,27; 25,9-10). de sus actos ante el emperador. La remoción de Pilato y la llegada de un nuevo prefecto, Marcelo, fue una ocasión propicia para el juicio y la muerte de Esteban (Act 6,8-7,60) y para la subsiguiente persecución contra la Iglesia de Jerusalén (Act 8,1). La conversión de Pablo estuvo relacionada con estos acontecimientos (cf. Josefo, Ant., 18.4, 2 § 89).2) El hambre que tuvo lugar durante el reinado del emperador Claudio (Act 11,28-30; cf. 12,25), ca. 46 d. C. La fecha de esta calamidad, que alcanzó a muchas regiones, no es fácil de determinar; al parecer, afectó al Mediterráneo oriental durante varios años. Pero hay ciertos indicios de que en Judea se produjo hacia los comienzos del mandato de Tiberio Julio Alejandro como procurador (46-48; cf. Josefo, Ant., 20.5, 2 § 101; - » Historia de Israel, 75:154). Si la llamada «visita del hambre» fue realmente una visita distinta de otras que Pablo hizo a Jerusalén, es probable que tuviera lugar ca. el año 46 (K. S. Gapp, HarvTR 28 [1935], 258-65; B. Rigaux, Saint Paul et ses lettres [Brujas, 1962], 105-107). 3) El edicto de Claudio expulsando a los judíos de Roma, ca. 49. Según Suetonio (Claudii vita, 25), Claudio los expulsó a causa de las constantes reyertas entre los judíos y los judeo-cristianos a propósito de Chréstos (Cristo): «Iudaeos impulsore Chresto assidue tumultuantes Roma expulit». Orosio (Hist. adv. pag., 7.6: CSEL 5.451) fechó esta expulsión en el año noveno del reinado de Claudio (49). Este edicto obligó a Áquila y Priscila a abandonar Roma y marchar a Corinto no mucho antes de que Pablo llegara allí en la segunda misión (Act 18,2).4) El proconsulado de L. Junio Galión Éneo en Acaya, ca. 52. Pablo fue conducido a su presencia en Corinto al final de la segunda misión (Act 18,12; - » 9 , infra). 5) Porcio Festo sucedió a Antonio Félix como procurador de Judea ca. 60. Es difícil determinar exactamente la fecha de esta sucesión; la que damos aquí es propuesta por E. Schürer, HJPTJC 1/2, 182-84; C. Erbes, TU 19 (1899), 16-36; cf. J. Finegan, Handbook of Biblical Chronology (Princeton, 1964), 322-24. A la llegada del nuevo procurador, Pablo apeló al cesar, para ser juzgado en Roma (Act 24,27; 25,9-10). De estos cinco acontecimientos, el más importante para determinar la cronología de la vida de Pablo es el mandato de Galión como procurador de Acaya. Es mencionado en una inscripción que originalmente se hallaba en el templo de Apolo, descubierta en Delfos (Grecia) el año 1905. Es una copia fragmentaria de una carta enviada por el emperador Claudio a los ciudadanos de Delfos: 1 Tiber[io Claudio C]és[ar August]o G[ermánico, Gran Sumo Sacerdote, investido de la po]testad [tribunicia] 2 [por duodécima vez, aclamado emperador p]or vigésima segunda vez, P[adre de la Pa]tri[a, cónsul por quinta vez, censor, envía sus saludos a los ciudadanos de Delfos]. 3Desde lar[go tiempo he estado bien] dispues[to para con] la ciu[dad de] Del[fos, con la que tne he mostrado amistoso desde el 4 prin]cipio, [y] siempre he observado [e]l cul[to de] Apo[lo Pítico. Pero a fin de que todo lo que] 5 ahora se dice y [es]tas conti[endas de los ciudadanos] tal co[mo Lucio Ju]nio 6 Galión, mi ami[go] y [procón]sul [de A
      1. Actividad de Pablo (§ 10-45)
        1. I. Juventud y conversión
          1. A) Juventud de Pablo (§ 10-15)

            Annotations:

            • Nos es desconocida la fecha del nacimiento de Pablo, pero seguramente ha de situarse en la primera década después de Cristo. Como se afirma que era un joven (neanias) cuando Esteban fue lapidado (Act 7,58), es decir, que tendría entre los veinticuatro y los cuarenta años (cf. Diógenes Laercio, 8.10; Filón, Cherubim, 114), y él mismo se llama anciano (presbytés) en Flm 9, su nacimiento no pudo ocurrir después del año 10 d. C.
            • Pablo nació en la ciudad helenística de Tarso de Cilicia (Act 22,3). Sus padres eran judíos que remontaban su ascendencia hasta la tribu de Benjamín (Rom 11,1; Flp 3,5). Según Act 23,16, Pablo tenía una hermana. Desde su nacimiento disfrutó de la condición de ciudadano romano (Act 22,25-29; 16,37; 23,27). Tanto el ambiente helenístico de Tarso como la herencia judía de su familia dejaron sus huellas en el joven Pablo.
            • Son oscuros los orígenes de Tarso. Ciertas leyendas griegas atribuyen la fundación de esta ciudad a Perseo, Hércules o Triptolemo; pero también se ha dicho que es de fundación fenicia. La primera mención histórica de Tarso se encuentra en la inscripción del obelisco negro (siglo ix) del monarca asirio Salmanasar III (1.138; cf. D. D. Luckenbill, ARAB 1.207), que tomó «Tarzi» durante la campaña de su vigésimo sexto año de reinado. En el siglo iv, Jenofonte (Anab., 1.2, 23) la llamó «ciudad grande y próspera»; sus monedas griegas de los siglos v y iv revelan una temprana helenización. Durante el período seléucida, su nombre fue cambiado por el de Antioquía junto al Cidno, pero más tarde, cuando recuperó su autonomía, volvió a tomar su antiguo nombre. La fuerte helenización de la ciudad se atribuye a Antíoco IV Epífanes (175-164 a. C), del que también se afirma que estableció en ella una colonia de judíos a fin de fomentar la industria y el comercio.
            • El año 66 a. C, cuando Pompeyo reorganizó el Asia Menor a raíz de sus conquistas, creó la provincia Ciliciae e hizo de Tarso su capital. Más tarde, Marco Antonio concedió a la ciudad la libertad, la inmunidad y el derecho de ciudadanía; Augusto confirmó estos privilegios. La condición de civis romanus que ostentaba Pablo se debía indudablemente al estatuto de ciudad libre que poseía Tarso. La ciudad era conocida como centro de cultura, filosofía y enseñanza. Estrabón (Geografía, 14.673) habla de sus escuelas, que superaban a las de Atenas y Alejandría. Sus estudiantes eran los mismos cilicianos, no extranjeros, como ocurría en Atenas y Alejandría; ello es índice del nivel cultural de la población nativa. El político y filósofo estoico Atenodoro Cananita, famoso como consejero y maestro del emperador Augusto, se retiró a Tarso el año 15 antes de Cristo. Allí se le encomendó la tarea de revisar las instituciones democráticas y cívicas. Hubo otros filósofos, tanto estoicos como epicúreos, que se establecieron en Tarso y allí impartieron sus enseñanzas. Romanos famosos visitaron la ciudad: Cicerón, Julio César, Augusto. Fue allí donde Marco Antonio dispensó un recibimiento regio a Cleopatra cuando ésta desembarcó. Tal era la ciudad en que nació Pablo y en que probablemente recibió parte de su primera educación; de ahí que dijera con orgullo que era «ciudadano de una ciudad nada desconocida» (Act 21,39).
            • Procediendo de una ciudad tan helenizada como Tarso, Pablo conocía el griego (cf. Act 21,37); sus cartas revelan que era capaz de escribirlo bastante bien. En sus escritos hay rastros de la retórica característica de la diatriba estoica (—> Teología de san Pablo, 79:11), lo que demuestra que recibió cierta formación griega. Si bien se llama a sí mismo «hebreo» (Flp 3,6), utilizaba el AT en griego (normalmente los LXX) como cualquier otro judío de la diáspora. No es fácil determinar hasta dónde llega el trasfondo helenístico de Pablo, pero no puede dejar de tenerse en cuenta.
            • Pero Pablo se mostraba satisfecho de ser «judío» (Act 21,39; 22,3), «israelita» (2 Cor 11,22; Rom 11,1), «hebreo, nacido de hebreos... y en cuanto a la Ley, fariseo» (Flp 3,6; cf. Act 23,6). «Viví como fariseo, de conformidad con el partido más estricto de nuestra religión» (Act 26,5; cf. Gal 1,14). Más aún: fue «educado a los pies de Gamaliel» (Act 22,3); se refiere a Gamaliel I el Viejo, cuyo apogeo en Jerusalén se sitúa en los años 20-50. Al llamarse «hebreo», Pablo probablemente quería dar a entender que era un judío de lengua griega, pero que también podía hablar en arameo
            • La educación de Pablo a los pies de Gamaliel sugiere que se preparaba para ser rabino... cuando Pablo se convirtió no era simplemente un discípulo rabínico (talmid hákam), sino un maestro reconocido, con capacidad para formular decisiones legales. Es la categoría que se le presupone por el papel que desempeñaba cuando marchó a Damasco (Act 9,1-2; 22,5; 26,12); semejante autoridad sólo podía conferirse a una persona cualificada. Ello parece confirmarse por el voto de Pablo contra los cristianos (Act 26,10), al parecer como miembro del sanedrín. De todo ello saca Jeremías la conclusión de que Pablo era de mediana edad cuando se convirtió, pues se requería haber cumplido los cuarenta años para la designación de rabino, y también que Pablo estaba casado, como era preceptivo en el caso de los rabinos. En consecuencia, cuando Pablo escribía en 1 Cor 7,8: «Digo a los solteros y a los viudos, 'bueno es que se queden como yo estoy'», se clasificaría entre los viudos (chérais), no entre los solteros (agamois); cf. 1 Cor 9,5 (Pablo no se habría casado de nuevo). Sin embargo, las pruebas a favor de esta idea tan interesante no resultan del todo convincentes, y se suscitan a propósito de ella otras muchas cuestiones.
            • Si Pablo recibió la mayor parte de su primera educación en Jerusalén y si se sentó «a los pies de Gamaliel», ¿conoció a Jesús? En sus cartas no hay indicio alguno de que así fuera. Tampoco 2 Cor 5,16 implica necesariamente que ocurriera tal cosa: «Aunque en otro tiempo contemplamos a Cristo desde un punto de vista humano, ya no le miramos así». Ello se refiere con toda probabilidad a la actitud de Pablo para con Jesús, cuando perseguía a la Iglesia; indudablemente sabía lo que Jesús significaba y cuáles eran las pretensiones de sus discípulos. De otro modo resultaría dificilísimo explicar su ardiente persecución de este nuevo «Camino»
            1. B) Conversión de Pablo

              Annotations:

              • o es segura la fecha en que Pablo se convirtió, pero está relacionada con el martirio de Esteban, cuando los testigos depositaron sus vestiduras a los pies de Saulo (Act 7,58; cf. 22, 20) para que las guardara. Este martirio y la subsiguiente persecución de la Iglesia encaja bien en el cambio de prefectos que se produjo el año 36. Esta fecha corresponde bien a los catorce años que median entre la conversión de Pablo y su visita a Jerusalén con ocasión del «concilio » (Gal 2,1; año 49). Sin embargo, algunos comentaristas prefieren fechar la conversión el año 33, sumando los tres años de Gal 1,18 y los catorce de Gal 2,1 (cf. J. Finegan, Biblical Chronology, 321).
              • El mismo Pablo y Le en Act describen la experiencia vivida en el camino de Damasco y el giro que significó en la vida del Apóstol. Fue un encuentro con el Señor (Kyrios) resucitado, que obligó a Pablo a adoptar un nuevo estilo de vida; fue la experiencia que convirtió al fariseo Pablo en el apóstol Pablo. En cuanto al significado de este acontecimiento para la forma en que Pablo entendió a Cristo y su evangelio, —> Teología de san Pablo, 79:12-13. Pablo relata el acontecimiento en Gal 1,13-17 desde su propio punto de vista apologético y polémico. En Act (9,3-19; 22,6-16; 26, 12-18) hay otros tres relatos; todos subrayan el carácter arrollador e inesperado de esta experiencia, que tuvo lugar en medio de la persecución que Pablo dirigía contra los cristianos. Si bien hay variantes en cuanto a detalles en los tres relatos (si los acompañantes quedaron en pie sin poder hablar o si cayeron por tierra; si oyeron o no la voz; asimismo, el hecho de que Jesús hablara a Pablo «en idioma 'hebreo'», pero citando un proverbio griego [Act 26,14]), el mensaje esencial transmitido a Pablo es el mismo. Los tres relatos están de acuerdo en este punto: «Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?» — «¿Quién eres tú, Señor?» — «Yo soy Jesús (de Nazaret), a quien tú persigues». Las variantes pueden ser debidas a las diferentes fuentes de información utilizadas por Lucas.
              • Pablo mismo escribió, acerca de esta experiencia, que Dios tuvo a bien revelarle a su Hijo, para que predicara a los gentiles las buenas noticias referentes a Jesús (Gal 1,15-16). Fue una experiencia que nunca olvidó, a la que asociaba frecuentemente su misión apostólica. «¿Acaso no soy apóstol? ¿Es que no he visto a Jesús, nuestro Señor?» (1 Cor 9,1; cf. 15,8). Esta revelación de Jesús el Señor en el camino de Damasco habría de ser el factor decisivo que dominara en adelante toda su vida. Por amor a Cristo se hizo «todo para todos» (1 Cor 9,22). En consecuencia, se convirtió en «siervo de Cristo» (Gal 1,10; Rom 1,1, etc.), como los grandes siervos de Dios en el AT (Moisés, 2 Re 18,12; Josué, Jue 2,8; David, Sal 78,70), y puede que incluso como el mismo Siervo de Yahvé (Is 49,1; cf. Gal 1,15).
            2. II. Visita(s) de Pablo a Jerusalén

              Annotations:

              • Después de la experiencia vivida por Pablo en el camino de Damasco, Ananías lo curó de su ceguera imponiéndole las manos. Pablo fue bautizado y permaneció en Damasco «durante algunos días» (Act 9,19).  En este punto, al reconstruir la vida de Pablo tropezamos con un problema realmente difícil: la relación entre los acontecimientos narrados en Gal 1,15-2,14 y el relato de Act. Dado que los datos disponibles son tan escasos, no podemos esperar que se llegue nunca a una solución del todo convincente. Adoptaremos una que ha sido ofrecida con frecuencia en el pasado, modificándola ligeramente. En ella se admite la identificación de la primera visita de Pablo a Jerusalén (Gal 1,18) con Act 9,26-29 y la identificación de la visita del «concilio» (Gal 2,1-10) con Act 15,3-12.
              •  su regreso de Arabia (posiblemente en la primavera del año 37), Pablo pasó «tres años» en Damasco (Gal 1,18). Este período corresponde al «tiempo considerable» de Act 9,23. Durante su estancia en esta ciudad confundió a los judíos de Damasco con pruebas de que Jesús era el Mesías, y al final ya había reclutado cierto número de discípulos propios. No es improbable que durante esta etapa Pablo experimentara la influencia de los esenios que aún vivían en la zona de Damasco (cf. Daniélou, «Études» 293 [1957], 221; cf. R. E. Osbourne, CanJT 10 [1964], 15-24). Aunque Pablo insiste en su pasado fariseo y nunca menciona contacto alguno con los esenios —cosa que tampoco hace Act—, el número de significativos paralelos que revelan sus cartas con pasajes de la LQ (especialmente en relación con el dualismo, los ángeles, el «misterio» de Dios y el don de la justicia) sugiere que en un momento u otro de su actividad estableció contacto con los esenios o con conversos procedentes de aquella secta. Finalmente, la oposición de los judíos, que contaba con el apoyo del etnarca del rey Aretas IV en Damasco (2 Cor 11,32), hizo que Pablo abandonara la ciudad. Sus discípulos arreglaron su huida descolgándolo en una cesta por los muros de la ciudad. Dirigiéndose a Jerusalén, visitó la ciudad por primera vez después de su conversión (Act 9,26; Gal 1,18). Ello ocurrió ca. 40. Bernabé calmó las naturales sospechas de los cristianos de Jerusalén con respecto a Pablo, logrando que éste fuera admitido (Act 9,27). 22 En Gal 1,18 se afirma que el propósito 
              • En Gal 1,18 se afirma que el propósito de esta visita era historésai Képhan, cuyo significado se discute: «para recibir información de Cefas» o «para visitar a Cefas» (-» Carta Gal, 49:15). No es verosímil que dejara de cotejar su predicación con la de Pedro y Juan. Durante su visita tuvo Pablo en el templo el éxtasis mencionado en Act 22,17. Una conjura de los helenistas contra él le obligó a marchar de Jerusalén a Tarso (Act 9,30), «a las regiones de Siria y Cilicia» (Gal 1,21). Al parecer, Pablo permaneció en Tarso desde el año 40 hasta el 44, pero nada se sabe de sus actividades en este tiempo. Fue entonces probablemente cuando tuvo la visión a que se refiere en 2 Cor 12,2-4 (ca. 43-44). Su estancia en Tarso finalizó con una visita de Bernabé, que lo llevó consigo a Antioquía, donde permaneció «todo un año» (Act 11,25-26), trabajando en la evangelización de aquella ciudad.  23 Durante esta etapa apostólica en Antioquía llegó a esta ciudad, procedente de Jerusalén, un profeta llamado Agabo, que anunció la inminencia de la calamidad del hambre (Act 11,28). Esta predicción inspiró a los cristianos antioquenos la idea de hacer una colecta para los pobres de la Iglesia de Jerusalén. El episodio debe asociarse con el hambre que afectó extensamente al Mediterráneo oriental durante el reinado del emperador Claudio (Act 11,28) y a Palestina especialmente hacia el año 46 (—» Historia de Israel, 75:154). 
              • La visita de Pablo a Jerusalén, con objeto de llevar la colecta, se menciona en Act 11,29-30 y 12,25; en este último caso, la alusión resulta enigmática y el texto se halla corrompido (—» Hechos de los Apóstoles, 45:62). Puesto que la «visita del hambre» no merece atención alguna en Gal, se ha suscitado la cuestión de si realmente hubo tal visita, distinta de las restantes (por ejemplo, la visita del «concilio», mencionada en Act 15). Lucas utiliza múltiples fuentes de información, que contienen alusiones a numerosas visitas de Pablo a Jerusalén. Ahora bien, ¿no habrá entendido Lucas sus fuentes como si éstas hablaran de visitas diferentes, cuando en realidad algunas de ellas se refieren a una misma visita histórica (por ejemplo, 11,29-30; 12,25; 15,3)? No es probable que se encuentre alguna vez una respuesta satisfactoria a esta pregunta; pero como el texto de Act es resultado de una composición en que se han refundido varias fuentes, hemos de tener cuidado de no adoptar una solución simplista (cf. J. Dupont, The Sources of Acts [Londres, 1964]; P. Benoit, Bib 40 [1959], 778-92; ->Hechos de los Apóstoles, 45:6). En todo caso, si la «visita del hambre» ha de considerarse como una visita aparte, la mejor fecha para ella sería ca. 46; en esta ocasión, segunda visita de Pablo, la estancia en Jerusalén habría sido muy breve, para regresar en seguida a Antioquía
              1. III. Misiones paulinas

                Annotations:

                • Abarcan el período del 46 al 58, los años de más intensa actividad en la vida de Pablo, en los que predicó el evangelio en Asia Menor y Grecia.
                1. A) Primera misión

                  Annotations:

                  • (años 46-49; Act 13,3-14,26). El relato de Act está evidentemente abreviado, limitándose únicamente a los datos esenciales; en 2 Tim 3,11 hallamos una alusión de pasada. La misión de Pablo se debió al impulso del Espíritu que le designó junto con Bernabé para llevarla a cabo. Los profetas y doctores de Antioquía les impusieron las manos (¿ordenación de Pablo?) y los enviaron, acompañados de Juan Marcos, primo de Bernabé (Col 4,10). El hecho de que en la primera parte del relato se anteponga el nombre de Bernabé parece indicar que éste era el jefe efectivo en un principio.
                  • Partiendo de Seleucia, puerto de Antioquía de Siria, se dirigieron a Chipre y atravesaron la isla desde Salamina a Pafos. Aquí logró Pablo un ilustre converso en la persona del procónsul Sergio Paulo (Act 13, 7-12). Por desgracia, no es posible fechar exactamente este proconsulado. Desde Pafos los misioneros navegaron hasta Perge de Panf ilia, en la costa sur del Asia Menor central. Allí los dejó Juan Marcos, con gran disgusto de Pablo, y regresó a Jerusalén. Pablo y Bernabé siguieron viaje tierra adentro, hacia las ciudades del sur de Galacia: Antioquía de Pisidia, Iconio, Listra y Derbe. En Antioquía predicó Pablo primero a los judíos en su sinagoga, como tenía por costumbre, pero ante la resistencia abierta que ellos le opusieron manifestó su intención de dirigirse en adelante a los gentiles (Act 14,48-50). Después de evangelizar esta zona y encontrar oposición en cada ciudad, Pablo y Bernabé deshicieron el camino desde Derbe, por Listra, Iconio y Antioquía de Pisidia, hasta Perge; embarcaron en Atalía con dirección a Antioquía de Siria, donde Pablo pasó algún tiempo con los cristianos (Act 14,28).
                  • Las numerosas conversiones logradas por Pablo durante los tres años de la primera misión plantearon problemas a la naciente Iglesia. Especialmente las relaciones entre los pagano-cristianos y los anteriores conversos del judaismo constituían un problema candente que estaba pidiendo una solución. ¿Tenían que circuncidarse los gentiles convertidos? ¿Estaban obligados a observar la Ley de Moisés? ¿Habían de atenerse a las prescripciones farisaicas en materia de alimentos? El problema resultaba muy agudo en la Iglesia antioquena cuando Pablo regresó al finalizar la primera misión.
                  1. B) Visita del «concilio»

                    Annotations:

                    • (año 49). Durante la breve estancia de Pablo en Antioquía al término de la primera misión llegaron allí algunos judaizantes (muy probablemente conversos con un trasfondo fariseo) que empezaron a enseñar la necesidad de la circuncisión para salvarse. Ello provocó una disputa de los mismos con Pablo y Bernabé. La Iglesia antioquena decidió enviar a Pablo, Bernabé y algunos otros (Tito [Gal 2,1]) a Jerusalén para consultar a los apóstoles y ancianos acerca del estatuto de los conversos gentiles. Pablo consigna esta visita a Jerusalén en Gal 2,1 como la segunda después de su conversión («una vez más en catorce años»). En Gal afirma que fue motivada por una  «revelación», detalle que no se menciona en Act 15,2. Esta visita desembocó en el llamado «concilio» de Jerusalén. 
                    • Es preciso ir con mucho cuidado para determinar exactamente el tema de este «concilio». De Gal 2,1-10 se saca la conclusión de que la única cuestión planteada y resuelta allí fue la referente a la circuncisión. La misma impresión produce Act 15,6-12. Se trataba de una cuestión con importantes implicaciones doctrinales: la salvación, ¿depende de la fe en Cristo o de esta fe junto con la circuncisión y la observancia de la Ley de Moisés? La cuestión disciplinar de las normas referentes a los alimentos (Act 15,13-29) era distinta y hay que diferenciarla cuidadosamente de la que se planteaba a propósito de la circuncisión (-» 31, infra).
                    • su llegada a Jerusalén, Pablo y Bernabé se entrevistaron con toda la Iglesia, incluyendo los apóstoles y los ancianos. También en esta ocasión los convertidos del fariseísmo («los falsos hermanos» de Gal 2,4) insistieron en que los pagano-cristianos tenían que circuncidarse, quedando obligados a observar la Ley mosaica. Pablo se opuso a semejante forma de cristianismo. Este conflicto manifiesto obligó a que los «apóstoles y ancianos» (posiblemente los «principales» de Gal 2,2) se reunieran para examinar la cuestión. Después de debatir ampliamente la materia, prevaleció la voz de Pedro. La asamblea se puso de acuerdo en rechazar la circuncisión obligatoria de los conversos gentiles y la sumisión de éstos a la Ley de Moisés. De esta forma, el «concilio» de Jerusalén liberó a la joven Iglesia de sus raíces judías y la abrió al apostolado universal que le aguardaba. Salió triunfante la postura de Pablo; los «principales» no añadieron nada a su evangelio (Gal 2,6).
                    1. C) Incidente de Antioquía

                      Annotations:

                      • (otoño del 49). Después del «concilio » de Jerusalén, Pablo regresó a Antioquía, adonde le siguió no mucho después Pedro. Al principio, ambos comían con los pagano-cristianos. Pero pronto llegaron allá «algunos de los de Santiago» (Gal 2,12) —sin duda, cristianos de acusadas tendencias fariseas— que criticaron a Pedro por comer con los gentiles convertidos. Pedro cedió ante sus críticas y se apartó de los gentiles. Su gesto hizo que otros muchos judeo-cristianos, incluso Bernabé, le imitaran. Aunque Pablo reconocía su posición con respecto a Pedro, se sintió obligado a protestar y «le resistió en el rostro» (Gal 2,11). Hizo ver a Pedro que estaba violando sus propios principios y que «no caminaba rectamente de acuerdo con la verdad del evangelio» (2,13). Pablo no afirma directamente en Gal que su intervención lograra el éxito, pero esto es lo que parece desprenderse del texto. Y, sin embargo, persistía el problema de las prescripciones judías sobre los alimentos en cuanto a los gentiles convertidos.
                      • En este punto no es seguro el orden de los acontecimientos; hemos de suponer que Pablo partió en seguida para la segunda misión, después de separarse de Bernabé, que en compañía de Juan Marcos emprendería su propia misión. Durante su segundo y tercer viajes de misión, al parecer Pablo nada supo acerca de la carta de Santiago sobre la cuestión de los alimentos. No alude a ella en el punto de Gal que le correspondería; al parecer, las primeras noticias sobre ella le serían comunicadas por el mismo Santiago (Act 21,25) cuando Pablo regresó a Jerusalén el año 58.
                      1. D) Decreto de Jerusalén sobre los alimentos

                        Annotations:

                        • (Act 15,13-29). La oposición de Pablo a Pedro no resolvió en la Iglesia antioquena el problema de las relaciones entre gentiles y judeo-cristianos. De nuevo fueron enviados emisarios a Jerusalén, es de suponer que en ausencia de Pedro. La decisión a que llegaron Santiago y los apóstoles y ancianos reunidos con él fue enviada en forma de carta a las iglesias locales de Antioquía, Siria y Cilicia.
                        • El cap. 15 de Act es muy problemático. Lo más probable es que Lucas haya combinado dos episodios realmente distintos por tema y fecha: Primero, el capítulo es misceláneo. Los vv. 1 y 2 son una sutura literaria para unir noticias procedentes de fuentes distintas. El v. 34 falta en los mejores manuscritos griegos, pero se añadió en la tradición del texto occidental y en la latina como un intento de explicar dónde se hallaba Silas al comienzo de la segunda misión. Si se omite, como debe hacerse, el v. 34, la localización de Silas se convierte en un problema real. ¿En qué momento de la segunda misión se reúne con Pablo? Segundo, ¿quién es Simeón (Act 15,14)? Habitualmente se le identifica con Simón Pedro, al que en los restantes pasajes de Act se llama Petros (15,7) o Simón Petros (10,5.18.32), pero nunca Symeon. Este nombre se atribuye a Pedro únicamente en 2 Pe 1,1, pero en cuanto a este pasaje la tradición manuscrita tampoco es constante, y P72, el texto más antiguo de 2 Pe, lee Simón. Además, Juan Crisóstomo, que refleja las tradiciones de la Iglesia antioquena, no identificó a Simeón con Pedro; menciona que algunos incluso lo identifican con el anciano de Le 2,25 (In Act. Ap. hom., 33.1: PG 60.239). El Simeón de 15,14 probablemente se tomó en principio por Simeón Níger, uno de los profetas o doctores de la Iglesia antioquena (Act 13,1). Al parecer, fue uno de los emisarios enviados por aquélla para consultar a Santiago y a la Iglesia de Jerusalén sobre el problema de las normas referentes a los alimentos. Tercero, la falta de armonía entre el discurso de Pedro (Act 15,7-11), que se refiere a la circuncisión y la Ley de Moisés, y el supuesto resumen que de él hace Santiago (Act 15,13-21), cuyo tema es principalmente la cuestión disciplinar relativa a la abstención de ciertos alimentos y de las uniones sexuales ilícitas. Todas estas razones sugieren que el cap. 15 combina noticias referentes a dos episodios distintos: el «concilio» de Jerusalén, sobre la circuncisión, y el «decreto» (o «carta») sobre el problema de las normas acerca de los alimentos en las iglesias locales de Antioquía, Siria y Cilicia.
                        • Como resultado de la consulta elevada a la Iglesia de Jerusalén, Santiago envió una carta, recomendando que los pagano-cristianos se abstuvieran al menos de comer carnes sacrificadas a los ídolos, sangre, carne de animales sofocados y de contraer uniones sexuales ilícitas. Santiago la envió con Judas Barsabas y Silas a Antioquía y a Pablo y Bernabé. Act 15,35 menciona que ambos habían permanecido cierto tiempo en Antioquía enseñando y predicando, pero hemos de entender que esta noticia se refiere al tiempo que sigue inmediatamente al «concilio». Cuando se envía la carta de Jerusalén, se presume que Pablo y Bernabé están aún en Antioquía; pero, al parecer, Pablo ya había partido, pues no supo de la carta de Jerusalén hasta más tarde (Act 21,25). (Para más amplios detalles exegéticos referentes a la interpretación de la carta de Santiago, cf. Act 15,22.25; 16,4; - » Hechos de los Apóstoles, 45:72-80).
                        1. E) Segunda misión

                          Annotations:

                          • Pablo se negó a tomar consigo a Juan Marcos para la segunda misión a causa de la anterior deserción de éste. En su lugar tuvo por compañero a Silas (Silvano). Partiendo de Antioquía, Pablo se encaminó a través de Siria y Cilicia a las ciudades del sur de Galacia, Derbe y Listra (donde tomó por compañero a Timoteo; Act 16,1-3). Desde allí atravesó Frigia, dirigiéndose al norte de Galacia (Pesino, Ancira y Tavio), donde fundó nuevas iglesias. Habiéndole sido impedido proseguir hacia Bitinia, partió de Galacia hacia Misia y Tróade, donde se le unió Lucas, o al menos donde empieza el diario de Lucas (Act 16,10-17, las secciones «nos»; —> Hechos de los Apóstoles, 45:6).   Obedeciendo a una visión en sueños, Pablo pasó a Neápolis, el puertode Filipos; en esta ciudad fundó su primera Iglesia cristiana en Europa.Después de sufrir prisión y azotes en Filipos por haber exorcizado a unaesclava que había proporcionado buenas ganancias a sus amos, pasó aTesalónica (Act 17,1). Su corta estancia en esta ciudad estuvo ocupadapor la evangelización y las controversias con los judíos; finalizó con lahuida de Pablo a Berea (Act 17,10) y el viaje, en su día, a Atenas (17,15),donde Pablo intentó atraer la atención de los atenienses, famosos por suavidez de novedades, sobre el evangelio de Jesús resucitado (Act 17,22-31). Pero fracasó: «Te escucharemos acerca de este tema en cualquierotra ocasión» (17,32). Después de esta repulsa, Pablo marchó a Corinto,una de las más importantes ciudades del mundo mediterráneo por aquellaépoca. Allí vivió con Aquila y Priscila (Act 18,2-3), judeo-cristianobrecién expulsados de Roma por un edicto del emperador Claudio (—> 6,supra). Durante su estancia en Corinto, que se prolongó dieciocho meses,convirtió a numerosos judíos y griegos y fundó una vigorosa Iglesia,principalmente a base del elemento gentil. Hacia comienzos del año 51
                          • Pablo escribió su carta a los Tesalonicenses. Hacia finales de su estancia fue llevado por sus adversarios judíos ante el procónsul L. Junio Galión, que desechó el caso, juzgando que era simple cuestión de palabras (Act 18,15). Pasado algún tiempo, Pablo se retiró de Corinto, embarcándose en su puerto de Céncreas con dirección a Efeso y Cesárea Marítima. Después de hacer una visita a la Iglesia de Jerusalén (Act 18,22), marchó a Antioquía, donde se detuvo un año largo (posiblemente desde el otoño del 52 hasta la primavera del 54).
                          1. F) Tercera misión

                            Annotations:

                            • (años 54-57; Act 18,23-21,17). Dejando Antioquía, Pablo viajó por tierra, una vez más a través del norte de Galacia y Frigia, hacia Efeso. La capital de Asia se convirtió en el centro de su actividad misionera durante los tres años siguientes (Act 20,31); impartió sus enseñanzas en la escuela de Tirano a lo largo de «dos años» (19,10).
                            • Poco después de llegar a Efeso, Pablo escribió su carta a las iglesias de Galacia (ca. 54). También corresponde a esta etapa misionera la carta a los Filipenses, escrita muy probablemente a raíz de un encarcelamiento en Efeso ca. 56 (—» Carta Flp, 50:5-6). En la primavera del 57 llegaron a Pablo noticias sobre la situación de la Iglesia de Corinto. Para hacer frente a los problemas surgidos —dudas, banderías, inquina contra el mismo Pablo, escándalos—, escribió al menos cuatro cartas, de las que sólo nos han llegado dos, y aun éstas probablemente sólo en forma fragmentaria o miscelánea. Una era anterior a 1 Cor (cf. 1 Cor 5,9), advirtiendo a los corintios que no mantuvieran trato con cristianos inmorales. Después, comentando noticias y respondiendo a preguntas que le habían sido formuladas por los corintios, Pablo escribió 1 Cor poco antes de Pentecostés del año 57. Esta carta, sin embargo, no fue bien recibida, y sus relaciones con la Iglesia de Corinto, desgarrada por banderías, empeoraron. La situación exigió una apresurada visita a Corinto (2 Cor 12,14; 13,1-2; 2,1 [«una penosa visita»]; 12,21), que realmente no sirvió para nada. Al regresar a Efeso, Pablo escribió por tercera vez a los corintios «con muchas lágrimas» (2 Cor 2,3-4.9; 7,8.12; 10,1.9). Finalmente, Pablo envió a Tito en visita personal a los corintios, en un intento de suavizar la situación.
                            • Durante la ausencia de Tito tuvo lugar la revuelta de los plateros de Efeso (Act 19,23-20,1). La predicación del nuevo «Camino» cristiano desarrollada por Pablo incitó a Demetrio, que fabricaba pequeños santuarios de plata copiando el de Artemis de Efeso, a encabezar una manifestación tumultuosa que penetró en el teatro para protestar contra Pablo y la difusión del cristianismo. Ello motivó que Pablo decidiera partir de Efeso con dirección a Macedonia. Allí se reunió con Tito (posiblemente en Filipos) y escuchó las consoladoras noticias de que la Iglesia de Corinto se había reconciliado con él. Desde Macedonia escribió Pablo a los corintios por cuarta vez; ésta es la segunda carta canónica (otoño del 57). No se puede afirmar si marchó inmediatamente a Corinto o pasó de Macedonia al Ilírico, por vez primera, para girar una breve visita de evangelización (cf. Rom 15,19). En cualquier caso, Pablo llegó a Corinto —su tercera visita a esta ciudad— probablemente en invierno (diciembre) del 57, permaneciendo tres meses en Acaya (Act 20,2-3; cf. 1 Cor 16,5-6; 2 Cor 1,16).
                            • Entre tanto, Pablo venía pensando en regresar a Jerusalén. Consciente del mandato del «concilio» en el sentido de que era preciso no olvidarse de los pobres, Pablo procuró que sus iglesias gentiles hicieran una colecta para los pobres de Jerusalén. Así se hizo en las iglesias de Galacia, Macedonia y Acaya (1 Cor 16,1; Rom 15,25-26). Planeó llevarla a Jerusalén y terminar al mismo tiempo su tarea de evangelización en el Mediterráneo oriental. Su proyecto era visitar Roma a continuación (Rom 15,22-24) y desde allí marchar a España y el Occidente. Durante su estancia de tres meses en Acaya, Pablo escribió a los romanos (probablemente desde Corinto, a comienzos del 58). Al llegar la primavera decidió embarcarse en Corinto con rumbo a Siria. Cuando ya estaba para hacerlo, algunos judíos tramaron contra él una conjura y Pablo resolvió regresar por tierra, a través de Macedonia.
                            • Le acompañaron algunos discípulos de Berea, Tesalónica, Derbe y Efeso. Pasaron la Pascua del 58 en Filipos. Después de la fiesta, Pablo embarcó hacia Tróade y marchó por tierra a Asos, donde embarcó de nuevo hacia Mitilene. Bordeando la costa de Asia Menor, navegó desde Quíos a Samos y luego a Mileto, donde habló a los ancianos de la Iglesia de Efeso, a los que había convocado allí (Act 20,17-35). No le asustaba la predicción de su  encarcelamiento inminente, sino que navegó hasta Cos, Rodas, Patara de Licia, Tiro de Fenicia, Tolemaida y Cesárea Marítima. Por tierra llegó a Jerusalén, donde era su intención estar a tiempo para la fiesta de Pentecostés del año 58 (Act 20,16; 21,17).
                        2. IV. Prisión de Pablo

                          Annotations:

                          • Esta etapa abarca varios años después del 58, período de prueba para Pablo en el que hubo de sufrir un largo cautiverio y alcanzó el término de su vida
                          1. A) Ultima visita a Jerusalén y detención

                            Annotations:

                            • (año 58). A su llegada a Jerusalén, Pablo y sus acompañantes presentaron sus respetos a Santiago en presencia de los ancianos de aquella Iglesia (Act 21,18). Santiago cayó inmediatamente en la cuenta de que la presencia de Pablo en Jerusalén podría causar alguna perturbación entre los judeo-cristianos. En consecuencia, aconsejó a Pablo que se uniera a otros cuatro individuos que se disponían a realizar las ceremonias del voto de nazireato, pagando sus gastas como gesto de buena voluntad para con los judeo-cristianos. Pablo aceptó; el período ritual de setenta días estaba a punto de cumplirse cuando fue visto en los recintos del templo por algunos judíos procedentes de la provincia de Asia. Le acusaron de patrocinar una violación de la Ley mosaica y de haber profanado la santidad del templo introduciendo en él a un griego. Cayeron sobre él, lo arrastraron fuera del templo y trataron de quitarle la vida. Se salvó gracias a la intervención del tribuno de la cohorte romana estacionada en la Fortaleza Antonia. El tribuno puso de momento a Pablo bajo arresto, para protegerlo (Act 22,27), y lo condujo a presencia del sanedrín al día siguiente. Pero el temor a los judíos aconsejó al tribuno enviar a Pablo al procurador de Judea, Antonio Félix, que residía en Cesárea Marítima (23,23-33). Félix, que esperaba recibir de Pablo un soborno (24,26), le retuvo preso durante dos años (58-60).
                            1. B) Apelación al cesar; viaje a Roma

                              Annotations:

                              • (año 60). Cuando llegó el nuevo procurador, Porcio Festo (probablemente el año 60), Pablo «apelo a cesar», es decir, exigió ser juzgado en Roma (Act 25,11), en virtud de su condición de ciudadano romano. Festo tuvo que respaldar esta exigencia. Escoltado por un centurión romano (y en compañía de Lucas, como indican las secciones «nos»), embarcó en Cesárea Marítima hacia Sidón y pasó por Chipre en dirección a Mira de Licia. A finales del otoño del año 60 tomó en Mira un navio alejandrino, con previsiones de mal tiempo (Act 27,9). Su ruta los llevó primero a Cnido (en la costa sur de Asia Menor) y luego, en dirección sur, «a lo largo de Creta hacia Salmone », llegando a Puertos Hermosos, cerca de la ciudad cretense de Lasea (27,7-8). Cuando trataban de arribar al puerto de Fénix, se desencadeno el viento nordeste, que los arrastró durante varios días a través del Adriático hasta Malta, donde finalmente naufragaron (28,1).
                              • Después de pasar el invierno en Malta, Pablo y su escolta navegaron hacia Siracusa, en Sicilia; luego a Regio (la moderna Reggio di Calabria), y finalmente a Putéoli (la moderna Pozzuoli, cerca de Ñapóles). Su viaje por tierra camino de Roma los llevó a Appii Forum y Tres Tabernae (Act 28,15). Pablo llegó a la capital del Imperio en la primavera del año 61 y fue mantenido bajo arresto domiciliario durante dos años (61-63) con un soldado para vigilarle (28,16). Esta situación, sin embargo, no le impidió convocar en su casa a los judíos de Roma y evangelizarlos (28,17-28). Durante este arresto domiciliario escribió Pablo sus «cartas de la cautividad» (Flm, Col y Ef). (Cf. F. F. Bruce, St. Paul in Rome: BJRylL 46 [1963-64], 326-45).
                              1. C) Fin de la vida de Pablo

                                Annotations:

                                • Act termina con el breve relato del arresto domiciliario de Pablo. Su llegada a Roma y la predicación ininterrumpida del evangelio allí forman la culminación del relato que consigna la difusión de la buena noticia desde Jerusalén hasta la capital del mundo civilizado en aquella época; Roma simboliza el «término de la tierra» (Act 1,8). Pero no fue éste el final de la vida de Pablo. La alusión a los «dos años completos» (28,30) no implica que muriera inmediatamente después, al margen de cómo se interprete el enigmático final de Act.
                                • Si las «cartas pastorales» se consideran escritos paulinos auténticos (—» Cartas pastorales, 57:6), habrían sido compuestas por Pablo después de su arresto domiciliario en Roma. Vendrían a sugerir que Pablo visitó de nuevo el Oriente, Efeso, Macedonia y Grecia; desde Macedonia habrían sido escritas 1 Tim y Tit (ca. 65). Conociendo que se aproximaba el final de su vida, Pablo constituiría a Tito jefe de la Iglesia de Creta y a Timoteo de la de Efeso. Estas dos cartas habrían sido escritas a aquellos discípulos y sus Iglesias; 2 Tim sería la última voluntad de Pablo, escrita cuando se encontraba ya muy próximo a la muerte. Esto sugiere que pudo ser encarcelado en Tróade (4,13) y llevado a Roma de nuevo (1,17), donde esta carta habría sido escrita desde la prisión (1,8.16-17; 2,9), ca. 67.
                                • En cuanto a otros detalles referentes al final de la vida de Pablo, dependemos de la tradición eclesiástica posterior, que se embelleció con rasgos legendarios. Resulta particularmente difícil decir si Pablo llegó a visitar España o si se trata meramente de una historización de sus planes consignados en Rom 15,24.28. La tradición nos cuenta que Pablo, libre después de pasar dos años de arresto domiciliario, marchó a España. Clemente de Roma (1 Cor., 5.7) afirma que «Pablo enseñó a todo el mundo la justicia y viajó hasta el extremo occidental (epi to terma tes dyseos elthon). Y después que hubo dado testimonio ante las autoridades, fue arrebatado de este mundo y llegó al lugar santo, habiéndose acreditado como el mayor modelo de perseverancia». El testimonio de Clemente (ca. 95) sugiere la visita a España, un nuevo juicio y el martirio. El Fragmento Muratoriano (líneas 38-39; EB 4; ca. 180) implica que la última parte de Act, en que se narraba «la partida de Pablo de la Ciudad [Roma] cuando se dirigió a España» (... profectione Pauli ab Urbe ad Spaniam proficiscentis), se ha perdido. Eusebio (HE 2.22, 2) es el primero en mencionar la segunda prisión de Pablo en Roma y su martirio bajo Nerón: «Después de defenderse, [Pablo] fue enviado de nuevo al ministerio de la predicación, y volviendo por segunda vez a la misma ciudad, sufrió martirio bajo Nerón. Durante esta prisión escribió la segunda epístola a Timoteo, indicando al mismo tiempo que ya había tenido lugar su primera defensa y que su martirio era inminente». Eusebio cita más adelante a Dionisio de Corinto (ca. 170), quien afirmó que Pedro y Pablo «fueron martirizados al mismo tiempo» (HE 2.25, 8). Tertuliano (De praescrip., 36) compara la muerte de Pablo con la de Juan (Bautista), es decir, que fue decapitado. Se acepta generalmente el testimonio de Eusebio sobre la muerte de Pablo en la persecución de Nerón. Esta persecución, sin embargo, duró desde el verano del año 64 hasta la muerte del emperador (9 de junio del 68), y resulta difícil señalar exactamente el año del martirio de Pablo. La noticia de Dionisio de Corinto según la cual Pedro y Pablo «fueron martirizados al mismo tiempo» (kata ton auton kairon) se ha tomado frecuentemente en el sentido del mismo año. Pero la fecha preferida para la muerte de Pablo es el año 67, hacia finales de la persecución de Nerón, como parece sugerir el relato de Eusebio. Esta cronología, sin embargo, no deja de presentar dificultades.
                                • Pablo fue enterrado junto a la Via Ostiense, en las inmediaciones de la moderna basílica de San Pablo Extramuros. El año 258, con motivo del peligro de profanación que corrieron las tumbas cristianas durante la persecución de Valeriano, los restos de Pablo fueron trasladados a un lugar llamado Ad Catacumbas, junto a la Via Apia, donde permanecieron algún tiempo. Más tarde fueron devueltos a su enterramiento original, sobre el cual levantó su basílica Constantino.
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