Las autoras: Pilar Lasca, Raquel Vélez y Soraya Sánchez a través de un estudio, donde se utiliza el método inductivo (el método inductivo es aquel método científico que alcanza conclusiones generales partiendo de hipótesis o antecedentes en particular) provocan la reflexión crítica sobre el término objeto de aprendizaje.
La forma en que realizan su estudio es de la siguiente manera:
Toman los programas docentes del profesorado de la Licenciatura en Psicopedagogía de la Universidad de Alcalá
Revisan la frecuencia en la que aparecen distintos términos en los programas docentes para luego cuantificarlos.
Resultados cuantitativos fueron
1. Una primera lectura de los distintos programas de la Licenciatura propuestos para el curso 2003-2004 permitió definir un conjunto de 82 términos que se dibujaban como relevantes en cada programa.
2. Se realizó, posteriormente un análisis de la frecuencia de aparición tanto en cada uno de los programas como en el conjunto de todos ellos.
3. Con el fin de facilitar la interpretación de estos datos, agrupamos los 82 términos citados en cinco ejes que permiten comprender, al menos parcialmente, el fenómeno educativo alrededor del cual giran los programas docentes. Adoptando la metáfora del fenómeno teatral, nuestros ejes son los siguientes: actores, escenarios, funciones, instrumentos y otras dimensiones.
4. Esos cinco ejes se han convertido, de esta forma, en el núcleo aglutinador de los términos y todo ello buscando siempre la mayor coherencia conceptual posible.
Resultados cualitativos
Resultados cualitativos fueron
Por lo que se refiere a los personajes nos permitimos destacar, en primer lugar, el fuerte componente intelectual presente en los programas. Por ejemplo, el término “conocimientos” es el más frecuente; existen, además, otros términos cuyo componente semántico se relaciona también con dimensiones cognitivas. En segundo lugar, esos personajes se relacionan, sobre todo, con la educación formal; cabe destacar en este sentido que los términos más frecuentes son “alumno” y profesor”. Finalmente, sería deseable revisar algunos términos relacionados con “los trastornos” que se repiten en varias disciplinas.
Por lo que se refiere a los escenarios se observa con claridad que los términos se pueden organizar en cuatro subconjuntos próximos a nivel conceptual y semántico aspectos culturales, históricos, sociales y entornos educativos o laborales. De nuevo destaca con claridad la fuerte presencia de la educación formal.
En relación con las funciones señalaremos que también los términos se han organizado alrededor de distintos subconjuntos, por ejemplo: en primer lugar, funciones clásicas asignadas a la “orientación educativa”, asesoramiento, etc.; en segundo lugar, hemos introducido aquí los conceptos de enseñanza y aprendizaje, que tienen de nuevo un peso muy importante.
Respecto de los instrumentos se destacan dos grandes núcleos: a) aquellos de carácter general, que un estudio más preciso deberá ejemplificar y b) los relacionados con el currículum. En este último caso destaca la presencia de los temas relacionados con la escritura, lectura y matemáticas en varios programas docentes. De nuevo, sería necesaria quizás una coordinación entre el profesorado.
Al aludir a otras dimensiones nos hemos referido, sobre todo, a los procesos de cambio, normas y valores. Destaca en este punto la frecuencia de aparición alta de aquellos términos relacionados con el desarrollo, muy por encima de
Combinación de resultados cuantitativos y cualitativos
Estos nos muestran que el significado que le otorgan al concepto cada profesor.
Analizando la tabla las autoras mencionan que el enunciado 1 y 2 hacen referencia al conocimiento que han de adquirir los alumnos y los enunciados 3 y 4 utilizan el término aludiendo a términos de aplicación. La poseble respuesta es que se atribuye un sentido distinto que podemos asociarlos a un determinado modelo teórico, a un conjunto de prácticas o a un contexto.
Conclusiones generales a las que llegan las autoras
Mediante el trabajo llega a la conclusión de que:”… los individuos para atribuir significados no puede prescindir del contexto, ni del proceso que los ha generado y que en ningún caso, se reduce a una regla computacional.