A partir de los siglos XV a XVII aparece el
concepto de infancia
La infancia deja de ocupar su
lugar como residuo de la vida
comunitaria e indiferenciado del
mundo adulto.
Phillipe Ariés es quien en 1960 y,
desde el ámbito de la historia y la
demografía, afirma que la infancia
es una construcción histórica
moderna.
Destaca que el “sentimiento de infancia”
surge a partir del siglo XV en Europa, debido a
las nuevas formas del tráfico comercial y la
producción mercantil
se producen cambios en las
responsabilidades atribuidas a
los más pequeños, inspirando
amor, ternura, preocupación; y
necesidad de amor y
educación.
El niño comienza a ser percibido como
un ser inacabado y carente, con
necesidades de resguardo y
protección. Todos estos deberes tienen
como responsables a la familia
La perspectiva moderna de la niñez
produjo un rechazo a la enfermedad
infantil y se comienza a prodigar los
cuidados necesarios a los niños
enfermos, con lo cual baja la
mortalidad.
Esta nueva perspectiva es una construcción
social que concibe al niño como un cuerpo
sujeto al poder ajeno a él, que necesita ser
educado y que es dependiente de los adultos.
Según Roussseau onfancia es una etapa que
antecede a la adultez, el niño es esencialmente
carente de razón por lo tanto factible de
educabilidad. Rousseau reivindica el lugar de la
infancia y trata de normatizar su existencia
utilizando a la educación como el instrumento
que hace posible esta transición.
En el Renacimiento, la Iglesia empezó a propiciar el
reconocimiento del niño, alentando la lactancia
materna como un elemento importante para su
sobreviviencia y la relación afectiva mutua entre madre
e hijo.
La iconografía cristiana tuvo enorme influencia en los cambios en la relación madre
hijo.
Las prácticas de conservación de los hijos, el higienismo, la
filantropía y el control de la población dieron lugar a la familia
burguesa.
No hay infancia si no es por la intervención práctica
de un numeroso conjunto de instituciones modernas
de resguardo, tutela y asistencia de la niñez.
La Revolución Industrial produjo una
creciente demanda de operarios, técnicos y
profesionales para atender y perfeccionar la
maquinaria que incrementaría la
producción. Esto suscitó la necesidad de
educar y capacitar a niños y jóvenes, con
vistas a un futuro productivo.
Este nacimiento de la infancia
trajo el alejamiento del niño en
relación con la vida cotidiana de
los adultos, siendo la escuela
quien contribuye a este
alejamiento.
La pedagogía va a ser la disciplina que va a
categorizar la infancia por medio del discurso
pedagógico.