Economista, lógico y filósofo británico. Hijo del también economista James Mill, fue
educado de forma exclusiva por éste según los estrictos principios del Emilio de
Rousseau.
A los trece años su padre le introdujo en los principios de la lógica y de la economía política,
centrándose en este ámbito en la obra de Adam Smith y David Ricardo.
Activo políticamente en defensa de la causa abolicionista durante la guerra civil estadounidense,
Sus primeros escritos aparecieron publicados en las páginas de los diarios
The Traveller y The Morning Chronicle, y se ocuparon fundamentalmente
de la defensa de la libre expresión
En 1824, la aparición de The Westminster Review, órgano de transmisión de la ideas
filosóficas radicales, proporcionó a Mill un atrio privilegiado desde el que difundir su ideario
liberal.
En el campo de la ética, Mill defendió una suerte de matizado utilitarismo en el que pueden entreverse
influencias de Bentham y en el que introdujo una constante preocupación por incluir en el concepto
habitual de «utilidad» las satisfacciones derivadas del libre ejercicio de la imaginación y la conciencia
crítica.
En su papel como economista, Mill fue considerado históricamente como un representante tardío de
la escuela clásica inglesa; algunos autores posteriores, como Marx, discutieron dicha filiación y
destacaron su alejamiento de la noción del valor-trabajo
Su obra principal en el campo de la economía política apareció en 1848 bajo el título de Principles
of Political Economy (Principios de economía política), en los que cabe distinguir tres partes
diferenciadas.
En la primera, Mill elaboró un completo análisis del proceso de formación de los salarios que
entendió determinado por la interacción entre la oferta de trabajo y de la demanda del mismo en
forma de fondo de salarios.
En la segunda parte se ocupó de cuestiones de estática y dinámica y expuso su idea de una evolución
hacia el estancamiento de la totalidad del sistema capitalista a causa de una tendencia irreversible a la
reducción de los beneficios,
La tercera parte es la que mejor refleja su talante reformista y trata de las medidas necesarias para
favorecer una más justa distribución de la renta, entre las que Mill propuso la limitación de la
herencia, la cooperación obrera e interterritorial y la promoción de la pequeña propiedad
campesina.