Es el uso inteligente de las emociones: hacer
que, intencionalmente, las emociones trabajen
para nosotros, utilizándolas de manera que nos
ayuden a guiar la conducta y los procesos de
pensamiento, a fin de alcanzar el bienestar
personal
Estos nuevos conocimientos
permiten una visión más
realista y válida de los
factores que conducen a la
eficacia y adaptación
personal, ayudando a tener
una visión más equilibrada
del papel que juegan la
cognición y la emoción en la
vida de las personas
La inteligencia emocional se refiere a la
capacidad de identificar, comprender y
manejar las emociones en uno mismo y en los
demás
es una habilidad que
implica tres procesos:
Percibir: reconocer de
forma consciente
nuestras emociones e
identificar qué
sentimos y ser capaces
de darle una etiqueta
verbal.
Comprender: integrar lo
que sentimos dentro de
nuestro pensamiento y
saber considerar la
complejidad de los
cambios emocionales.
Regular:
dirigir y
manejar las
emociones
tanto
positivas
como
negativas de
forma eficaz.