El "Paradigma Ontológico"- Continuación
El primer rasgo del paradigma ontológico (filosofía griega) no es lo que según Nestle (1950) se conoce como el paso del mito al logos ; sino que se constituye en una etapa intermedia (paso del mito a la cosmología); es decir, la diferencia entre lo uno y lo otro radica en el objeto de lo interpretado en el logos.
El segundo rasgo del paradigma ontológico (filosofía griega) se encuentra en la sofística, en la búsqueda de los fines prácticos, pone énfasis en la retórica; la sofística introduce el relativismo, el cual no tiene finalidad teórica; en cambio, Sócrates busca orientación no únicamente en el cosmos, sino en el logos, aquí el mundo humano pasa a ser objeto de la filosofía.
Aristóteles discrepa con Platón respecto de dónde buscar la esencia de las cosas: la perspectiva metodológica de Aristóteles (1877) es posteriórica (empírica), él sostiene que la esencia de las cosas debe ser buscada en las cosas mismas (como esencia segunda); Platón (387 A.C.) al contrario plantea la necesidad de buscar esta esencia más allá de las cosas mismas; él en su doctrina (anamnesis o rememoración) sostiene que la verdad se encuentra en el ámbito del pensamiento, en el alma, en la conciencia, no en el mundo exterior, el Platonismo es apriórico.
El filosofar ontológico no consideró a las categorías ontológicas como categorías lingüísticas relativas a la lengua natural griega. En sus planteos sobre la esencia del habla, la esencia de la comunicación humana y la esencia del lenguaje, la filosofía clásica griega consideraba cuatro nociones: nombre, símbolo o signo, concepto y logos (habla, oración, razón enunciado).
Las nociones de concepto y logos tenían direcciones a priori a algo universal e independiente del uso del lenguaje, mientras que las nociones de nombre y símbolo tenían relación con cada lengua natural, que según Aristóteles (1877) eran considerados un medio convencional de designación de un instrumento al servicio del logos, no tenían relación con el significado de las expresiones en el pensamiento.
Aristóteles, en el primer pasaje sobre la interpretación (pasaje del Peri Hermeneias), escribe sobre lo que se conoce como la
identidad intersubjetiva del significado, inicialmente fuera de los términos y expresiones lingüísticas utilizadas. Según Aristóteles, todas las personas que hablan una misma lengua dan igual significado a las expresiones. En cambio, a partir del giro lingüístico toda interpretación del mundo depende del uso del lenguaje.