El tiempo transcurrido entre el contagio con el virus de la hepatitis A y la aparición de los primeros síntomas es de 15 a 45 días (28 días de media). Los infectados pueden transmitir la enfermedad entre una y dos semanas antes de que aparezca la clínica y hasta una semana después.
Síntomas generales no específicos como cansancio, decaimiento, dolores de cabeza, falta de apetito, perdida de peso, dolores musculares y articulares, sensación de opresión en el abdomen superior derecho, vomitos y fiebre. Después, siguen los típicos síntomas de una ictericia: oscurecimiento de la orina, decoloración de las heces y color amarillento de la piel y de los ojos (ictericia). Además, en la fase aguda de la enfermedad se produce un fuerte picor. Tras un periodo de dos a cuatro semanas, las molestias desaparecen por sí solas
Se recomienda el reposo en cama y una dieta rica en hidratos de carbono y sin grasas. no tomar alcohol.
Ictericia, acolia y coluria. El hígado aumentado su tamaño y, en el 25% de los casos, también el bazo. Se extrae sangre para determinar si hay anticuerpos y conocer los valores hepáticos (bilirrubina, GOT, GPT). Lo decisivo para el diagnóstico de una hepatitis A es la prueba de anticuerpos específicos en sangre (anti HVA IgM).
Alopatia: Vacuna. Controlar y tratar las aguas residuales. Medidas de higiene y educación sanitaria. Tratamiento de residuos sólidos.
– Los seres humanos son el único reservorio para el VHA
– Hay un alto porcentaje de asintomáticos que son la fuente de infección.
– La hepatitis A se contagia por vía orofecal (ingesta de partículas fecales contaminadas). Se propaga debido al contacto con zonas poco higiénicas o ingestión de alimentos contaminados.
– La hepatitis A no se contagia por vía salival ni por vía sexual, excepto cuando se trata de una relación sexual tipo anal o sexo oral-anal.
– Afecta a niños de 5-15 años en otoño e invierno, en brotes epidémicos.