4. Nutrición y respiración para el cuidado de la salud.

¿Realmente somos conscientes de lo que comemos?

Todos intuimos que los alimentos naturales son mejores que los industrializados, pero ¿realmente tomamos decisiones conscientes o nos dejamos llevar por falsas expectativas de la publicidad? Poco a poco, se van actualizando las expectativas que tenemos de los alimentos que anteriormente se consideraban sanos y hoy reconocemos que no es así. A mediados del siglo XX, se consideraba que consumir cereales empacados servidos con una taza de leche, sería el alimento ideal para el desayuno de las familias de los estados unidos y que el negocio podía extenderse a todo el mundo. La verdad es que los azúcares refinados como los almidones  están siendo vinculados a problemas metabólicos e incluso cáncer. Todo el mundo habla de los beneficios de una dieta saludable, pero pocos hacemos caso a las recomendaciones que los gobiernos y organizaciones que se encargan de alertar sobre el peligro que la mayor parte de los alimentos industrializados tienen para nuestra salud.  Los etiquetados que simplifican la toma de decisiones señalando los desbalances en nutrientes y excesos en los que estamos incurriendo al consumirlos. Lo verdadero en aumentar la información en los empaques de alimentos es que tomemos decisiones conscientes sobre lo que consumimos y que finalmente consumamos -en la mayoría de las veces, aquello que nos hace bien y dejar de consumir aquellos alimentos que nos hacen mal.  Todo aquello destaca la importancia de disminuir los costos en salud que el consumo de alimentos poco saludables trae a la salud pública. Los altos índices de obesidad, enfermedades cardiovasculares, metabólicas entre ellas están incluidas la diabetes o las dislipidemias -alteración irreversible en producción y catabolismo de las grasas. Los etiquetados no atacan a las empresas de alimentos; defienden al consumidor sobre su derecho a saber sobre las consecuencias de consumir alimentos desbalanceados.  

La alimentación ideal considerada saludable.

Ahora que sabemos que no consumir con frecuencia, ¿que alimentos son buenos para nuestra salud? Hay alimentos de todo tipo, desde los tradicionales, aquellos que se consumen por adherencia a una cultura, -como es el caso de alimentos elaborados artesanalmente. Pero, aún no cumple con los requisitos de una alimentación balanceada, suficiente y sana. El cocinar es un bien cultural de la humanidad, nos une, identifica, nos cohesiona como sociedad, pero además de ello debemos reconocer que nos debe alimentar -hablando desde el sentido biológico.  En apuntes pasados, revisamos que durante el metabolismo catabólico, los organismos heterótrofos tenemos que obtener los nutrientes básicos a partir de dos fuentes principales: alimentos de orígen animal y vegetal. Dentro de los alimentos de orígen animal encontramos el aporte proteínas y grasas principalmente, aunque si está guisado, también tendrá algunos aportes de vitaminas, minerales y fibra. Los vegetales de diferentes colores aportan además antioxidantes que se aprovechan principalmente cuando se encuentran frescos y con el grado de cocimiento adecuado. Las leguminosas, aunque de orígen vegetal constituyen una fuente importante de aminoácidos que son los precursores de las proteínas.  Por último, pero no por ello menos importante, encontramos los carbohidratos que en su  forma más útil se encuentran los vegetales que almacenan almidones como es el caso de los cereales, tuberculos. Los alimentos derivados y con cierto grado de industrialización y refinamiento, como son las tortillas, las pastas y el pan nos hacen fácil asimilar lo que podemos consumir, pero con moderación. Entonces, ¿todo se resume a consumir alimentos de los tres grupos en cada comida? ¿Carbohidratos, proteínas y grasas? Además los vegetales los más frescos posibles aportan: vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra en una cantidad suficiente e importante. Los alimentos en la actualidad son cada vez más deficientes en micronutrientes y la alimentación moderna debería incluir cada vez  con más frecuencia, alimentos de origen vegetal de preferencia con un grado de cocimiento ideal para que los nutrientes se absorban de manera adecuada. 

Los habitos alimenticios y la salud.

El reconocimiento de que todo alimento mal procesado puede ser potencialmente desequilibrado o incluso tóxico. Eso es lo que hace la diferencia. Incluso el considerar el reconocimiento de todos los alimentos que podemos comprar y de que forma se cocinarán hacen la diferencia entre los alimentos sanos y los alimentos que no lo son. Hay toda una cultura alimenticia que se transmite por generaciones la que hace a la alimentos balanceados, suficientes y saludables. Moderar el consumo de los alimentos que están en la cima de la pirámide alimenticia como son los azúcares y las grasas y aumentar aquellos que están en la base como incluir más vegetales verdes que se encuentran en las hojas, tallos e incluso raices de diferentes colores nos ayuda a reconocer los tipos de antioxidantes necesarios para una dieta adecuada.  

Los habitos de bebida son también importantes.

Algunas bebidas es mejor ingerirlas en poca medida o incluso evitarlas.

La actividad humana y desequilibrios en la atmósfera

La combustión del petróleo y sus derivados trae aparejado, cambios la composición de la atmósfera, y es lo que se conoce como contaminación atmosférica. Dichos cambios inciden en una cantidad creciente de gases contaminantes nocivos para la salud: óxidos de azufre y nitrógeno, partículas suspendidas en la atmósfera y principalmente monoxido y dióxido de carbono. La ganadería en gran escala también ha incrementado la cantidad de metano a la atmósfera, otro gas de efecto invernadero. Recuerdese que el efecto invernadero es causado por gases como el dióxido de carbono que atrapan la radiación proveniente del sol y calientan todo el planeta derritiendo los casquetes polares del ártico y la Antártida, afectando todos los ecosistemas que están en un estrecho equilibrio con todo su entorno. Todos los ecosistemas del mundo están cambiando: la disposición de nutrientes en lagos, lagunas y mares están cambiando por efecto de la radiación ultravioléta atrapada en las partes bajas de la atmósfera. A estos cambios a escala planetaria es a lo que se le conoce como cambio climático global. Los patrones de temperatura de las mareas se redirigen y cambian de temperatura, mientas que las especies se adaptan a éstos cambios. La cantidad de vapor de agua en la atmósfera debida a su temperatura está aumentando la frecuencia de ocurrencia de huracanes y tormentas tropicales, lo que ha traido caos en los sistemas climáticos.  La salud respiratoria, cardiovascular y neurológica se encuentra comprometida con los contaminantes de la capa más baja de la atmósfera: la troposfera. La actividad humana contaminante, puede ocasionar daños al interior del pulmón, en las paredes internas de los vasos sanguíneos se van lesionando, causando aterosclerosis, un padecimiento que disminuye el riego sanguíneo y altera la fluidez de la sangre aumentando la posibilidad de producir coagulos y al alterarse la integridad de los vasos sanguíneos, puede comprometer la salud cardiaca, cerebral o de algún otro órgano que demande muchos nutrientes y oxígeno necesario para utilizar la energia proveniente de los alimentos. 

¿Cómo prevenir las enfermedades respiratorias?

Consejos para prevenir las enfermedades respiratorias: Tener una alimentación balanceada. Consumir abundantes frutas como guayabas, naranjas, limones, tomates y chiles o pimientos.  No exponerse al frío o al menos cubrirse, para que nuestras defensas no bajen y seamos propensos a contraer resfriados, gripes o pneumonía. Vacunarse contra la influencia estacional principalmente si pertenemos a grupos de riesgo: adultos mayores, embarazadas y niños menores de 5 años Evitar fumar o usar vaporizadores ya que comprometen la salud pulmonar y sistémica. Evitar tocarse los ojos, nariz y boca con las manos sin lavar,  ya que las mucosas son la vía de entrada de virus y bacterias. Evitar permanecer en lugares contaminados o usar medidas de prevención de riesgos ocupacionales como caretas, mascarillas antigases -fundamentablemente los pintores de autos, soldadores y en fábricas en las que se expone a partículas muy pequeñas. Evitar estar en contacto con personas enfermas de ser posible, si no lo es, utilizar cubrebocas, principalmente quirúrgicos. Realiza actividad física o deporte para fortalecer tu sistema inmune. Descansa 8 horas y si te empiezas a sentir mal, es decir: lagrimeas, tienes escurrimiento nasal, cuerpo cortado o cansansio extremo quédate en casa. Si tienes síntomas, ve al médico para realizar un diagnóstico preciso.