Los fósiles (del latín fossilis, que significa ‘excavado’) son los restos o señales de la actividad de
organismos pretéritos.1 Dichos restos, conservados en las rocas sedimentarias, pueden haber sufrido
transformaciones en su composición (por diagénesis) o deformaciones (por metamorfismo dinámico)
más o menos intensas. La ciencia que se ocupa del estudio de los fósiles es la paleontología. Dentro de
la paleontología están la paleobiología, que estudia los organismos del pasado —entidades
paleobiológicas, que conocemos solo por sus restos fósiles—, la biocronología, que estudia cuándo
vivieron dichos organismos y la tafonmía, que se ocupa de los procesos de fosilización.
LOCALIZACIÓN
Existen regiones de la Tierra que son conocidas por su particular riqueza en
fósiles; por ejemplo, las pizarras de Burgess Shale en la Columbia Británica de
Canadá,4 la caliza de Solnhofen o los estratos ricos en dinosaurios de la
Patagonia. En España, destacan Atapuerca y Las Hoyas. El primero es un rico
yacimiento del Pleistoceno donde se han encontrado, entre otros, abundantes
fósiles de homínidos. El segundo es conocido por la presencia de
Iberomesornis. Tronco petrificado de Araucarioxylon arizonicum. Los
materiales originales han sido sustituidos por otros minerales, sin perder la
estructura. Los lugares que hacen posible una preservación excepcional
(incluso a veces conservando señales de tejidos blandos) son conocidos como
Lagerstätten (lugares de descanso o almacenamiento, en alemán).
TIPOS DE FOSILES
microfósiles (visibles al microscopio óptico).
nanofósiles (visibles al microscopio electrónico).
macrofósiles o megafósiles (aquellos que
vemos a simple vista).
FOSILIZACIÓN
Para que un resto corporal o una señal de un organismo merezca la
consideración de fósil es necesario que se haya producido un proceso
físico-químico que le afecte, conocido como fosilización. En este proceso se
pueden producir transformaciones más o menos profundas que pueden
afectar a su composición y estructura. Este proceso va en función del tiempo,
por lo que debe haber transcurrido un determinado intervalo a partir del
momento de producción del resto para que llegue a la consideración de fósil. La
fosilización es un fenómeno excepcionalmente raro, ya que la mayoría de los
componentes de los seres vivos tienden a descomponerse rápidamente
después de la muerte.14 Tarbosaurus en el Museo de Historia Natural de
Münster. La permineralización ocurre después del enterramiento, cuando los
espacios vacíos en un organismo (espacios que en vida estaban llenos de
líquido o gas) se llenan con agua subterránea, y los minerales que esta contiene
precipitan, llenando dichos espacios. En