Según Escobar Valenzuela, la ética está
entrañablemente unida a otra disciplina
filosófica denominada axiología.
Etimológicamente, viene del griego, axios, que significa
merecedor, digno, valioso, y de logos, fundamentación,
concepto. La axiología es la ciencia o teoría de los
valores, especialmente de los morales.
Martínez Huerta define a la axiología como: “el
conocimiento razonado, la teoría o ciencia de cuanto es
digno de estima, de cuanto vale, o de todo aquello que
puede calificarse de deseable y precioso”.
El término y el concepto fueron desarrollados a finales
del siglo XIX y comienzos del s. XX, primeramente en
Alemania.
Martínez Huerta y Escobar Valenzuela, propones los
siguientes problemas de la axiología:
1) El problema de la
existencia del valor.
¿Existen los valores? ¿Qué tipo
de existencia tienen? ¿Cuál es su
naturaleza?
2) El problema de la
esencia del valor.
¿Qué son los valores en general?
3) El problema del método.
¿Qué método debe emplearse para
dilucidar la naturaleza del valor?
4) El problema del
conocimiento de los valores.
¿Cómo se conocen los valores?
5) El problema de la clasificación
de los valores.
¿Cuántas clases de valores hay?
6) El problema de la valoración.
¿En qué radica la positividad y en
qué la negatividad de un valor?
7) El problema de la jerarquía de los valores.
¿Qué valores valen más?
8) El problema de la realización de los valores.
¿Qué relaciones internas existen
entre los valores y bienes?
El reto más grande que se enfrenta en términos del valor, no radica en su clasificación o
estratificación en una escala de valores, tampoco en el delinear su naturaleza o modos de captación,
el verdadero reto se encuentra en el esfuerzo que ha de empeñar el hombre por realizarlo, por
luchar día a día para hacer efectivo aquello que declara o aspira, aquí es donde la mayoría de los
sueños terminan y comienza la realidad.
Históricamente pueden distinguirse las posturas de los
subjetivistas versus la objetivista. La primera se cuestiona
sobre si los objetos tiene tienen valor porque los deseamos y,
la segunda, si los deseamos porque tienen valor.
Aunque a simple vista estas posturas parecen
irreconciliables, se abre la posibilidad de que la naturaleza
de los valores sea doble, es decir, subjetiva y objetiva al
mismo tiempo. Este punto de convergencia se reconoce
como cualidad estructural del valor que resulta ser la
tercera postura.
El valor es una cualidad estructural que
surge de la relación de un sujeto con un
objeto, pero esa relación no se da en el
vacío, sino en un contexto.
Cinco son los elementos que constituyen
un contexto o situación: 1) Ambiente
físico, 2) Ambiente cultural, 3) Medio
social, 4) Conjunto de necesidades,
aspiraciones, metas, anhelos y sus
posibilidades de cumplimiento, 5) Factor
espaciotemporal
Si se parte de su etimología, valor viene del latín, valere, que
significa estar vigoroso o sano, ser más fuerte.
Según Martínez Huerta, los valores no son
por tanto cosas, sino que las cosas del
mundo aparecen bajo la luz de valores o
están revestidas, en medidas y formas muy
diversas, de valor.
El inicio de lo que ahora se puede entender por
valor se halla relacionado con la perspectiva
económica de Adam Smith, considerado además
de economista un filósofo moral. Las primeras
teorías sobre el valor son de tipo económico y
surgen en el s. XVIII, cuando comienzan a
elaborarse en Inglaterra las primeras teorías
económicas, y A. Smith sostiene que la causa de la
riqueza de los pueblos es el trabajo; el valor de las
cosas se mide entonces por la cantidad de
trabajo, y se distingue entre el valor de uso y el
valor de cambio o valor propiamente dicho.
La ética material de los valores, es la proposición teórica
elaborada por el filósofo alemán de orientación
fenomenológica Max Scheler
Scheler defiende su concepción ética como una nueva ética material,
cuya materia pura son los valores. Éstos, no deben confundirse con los
bienes, que son objetos empíricos que incorporan valores, sino que
son intemporales, absolutos, y son plenamente objetivos y autónomos
respecto de los actos en que son aprehendidos.
Sobre el problema del método, primero a de definirse qué es metodo. Su
etimología proviene del griego, méthodos, búsqueda, investigación, de
metá hacia, y odós, vía, camino, por tanto, camino que debe ser recorrido
para llegar a un punto o resultado, o modo de hacer una cosa.
Según Escobar Valenzuela, la historia de la axiología
registra dos métodos opuestos en el tratamiento de los
valores: el método apriorístico y el método experimental.
Método apriorístico. Básicamente aborda el
estudio de los valores desde un enfoque anterior
e independiente de la experiencia.
Método experimental. Es el método propio de las
ciencias empíricas, está basado
fundamentalmente en el supuesto de que los
enunciados de estas ciencias deben contrastarse
con la experiencia; esto es, han de ser verificables.
Sobre el problema del conocimiento de los valores y sus vías de
captación del valor, podemos afirmar entonces, que el bien se capta
especialmente por vía emocional, es decir, el objeto que tiene adherido
dicho valor; por su parte el objeto material se capta por vía sensorial,
mientras que el objeto ideal por vía intelectual.
Sobre el problema de la clasificación de los valores
hemos de aclarar que no existe una ordenación deseable
o clasificación única de los valores; las jerarquías
valorativas son cambiantes, fluctúan de acuerdo a las
variaciones del contexto. Múltiples han sido las tablas de
valores propuestas. Lo importante a resaltar es que la
mayoría de las clasificaciones propuestas incluye la
categoría de valores éticos y valores morales.
Sobre el problema de la valoración: polaridad o
bipolaridad del valor. Por su polaridad o dualidad,
los valores suelen dividirse en positivos y negativos,
sin que exista un término medio, ambos tienen
existencia por sí mismos. Por lo tanto, el valor
negativo no es la simplemente “negación” (negatio) o
la ausencia de su correspondiente valor positivo,
sino que tiene sus propias implicaciones.
Existen algunas escalas que se han construido
haciendo un parangón del mundo físico para
representar la polaridad de los valores.
La escala bipolar. Esta escala considera
solo dos calificativos, dos extremos
opuestos, uno positivo y otro negativo,
por ejemplo: verdadero y falso, vida y
muerte, aceptado o no aceptado, etc.
La escala de múltiples valores positivos
y negativos. Esta escala considera
además de los dos polos, la posibilidad
de que existan matrices entre los dos
extremos.
La escala del cero absoluto. En
esta escala no hay números
negativos y ésta es la tesis que
sostiene esta filosofía, tesis que
normalmente produce un fuerte
rechazo cuando se oye por
primera vez.
La escala de la normalidad central. Esta escalaademás de
considerar los dos polos y las matrices de valores, pone el peso
axiológico en el centro de dicha escala. Entonces tenemos que se
concibe lo normal como un valor en el centro y lo anormal como
valores hacia la derecha y hacia la izquierda.
Sobre el problema de la jerarquía de los valores.
Una jerarquía es el establecimiento de un orden,
una graduación de valores, que generalmente se
conforman a partir de una escala.
Componente histórico social de las jerarquías de valores. Según
Martínez Huerta, cada época histórica ha tenido, una tabla ideal de
valores de donde el hombre ha derivado las normas para la
edificación de su vida. Sierra y Bedoya presentan y enumeran las
siguientes cacterísticas especiales que acompañan a los valores: 1.
Cada grupo social establece su propia escala de valores. 2. En cada
grupo social se va dando un sinnúmero de relaciones: de aprecio,
de aceptación y admiración. 3. Los valores de cada grupo social se
constituyen en una vida, en una filosofía. 4. En los grupos sociales,
así como se dan y se presentan los valores positivos, también se
expresan los valores negativos.
Preferibilidad de los valores. Al respecto, Gutiérrez Sáenz dice que
“la preferibilidad es la propiedad por la cual los valores atraen o
inclinan hacia sí mismo la atención, las facultades y, en especial, la
voluntad del hombre que los capta”.
Componente personal – individual de las jerarquías de valores.
La relevancia de las jerarquías consiste, en que la conciencia
(conocimiento) de una jerarquía estimula el desarrollo moral de
la persona, que reconoce la superioridad de unos valores sobre
otros, tanto en situaciones de conflicto de valores que afectan a
la humanidad en su conjunto, como en situaciones más
personales o reservadas de la vida cotidiana.
Preferibilidad de los valores. Existe una gran cantidad de
valores, pero pueden ser ordenados dentro de una
jerarquía que muestra la mayor o menor calidad de
dichos valores comparados entre sí. Por lo tanto para
dicha estratificación utilizaremos el criterio de que el
valor será más importante y ocupará una categoría más
elevada en cuanto perfeccione al hombre en un estrato
cada vez más íntimamente humano.
Sobre el problema de la realización de los valores. Los
valores desempeñan específicas funciones en la
comunidad, contribuyendo a dar importancia a las
cosas y a las actividades de las personas, por ello su
realización y efectivización resulta ser necesaria.