Es considerada un prototipo y
modelo para la neurosis adulta
Tiene el significado de
ser "típica y ejemplar
Correspondencia estrecha en sintomatología
manifiesta en neurosis adulta
Su identidad con
respecto a su
dinámica con la
neurosis adulta
Progreso inicial del desarrollo
hasta nivel alto en el desarrollo
de los instintos y el yo
Aumento intolerable de ansiedad
o frustración en esta posición
Regresión de los instintos desde adecuación al yo
hasta puntos de fijación pregenitales.
Emergencia de impulsos pregenitales infantiles
sexuales-agresivos, deseos y fantasías
Ansiedad y culpa que movilizan reacciones defensivas
por parte del yo bajo influencia del superyó
Formación de compromisos
Trastornos del
carácter o síntomas
neuróticos
Alteraciones de las necesidades vitales
del organismo (alimentación y sueño)
Alteraciones (no orgánicas) en
adquisición de capacidades
vitales como motricidad, habla,
hábidos higiénicos, aprendizaje
Trastornos primarios de
narcisismo y relaciones
objetales
Existe una enorme variedad de cuadros
clínicos existentes en este campo
Trastornos del desarrollo
Los trastornos mentales
son más frecuentes y
variados en los niños
Aumentan por las circunstancias
creadas por dependencia del niño
y por esfuerzos y tensiones
relacionados con procesos de
desarrollo
Estos trastornos se deben a los
hábitos ambientales, pudiendo
eliminarse si se emplean estilos
de crianza.
Una vez establecidos sus
consecuencias no se
pueden eliminar
fácilmente
El manejo incorrecto de
necesidades infantiles tiene
repercusiones posteriores para el
desarrollo patológico.
El niño acepta la actitud inicial de la madre,
gratificante o frustrante como modelo para
imitar y recrear su propio yo.
Cuando ella comprende,
respeta y satisface los deseos,
existe posibilidad de que el yo
demuestre tolerancia
Cuando ella
innecesariamente demora,
opone o ignora la realización
de los deseos, el yo está
propenso a la llamada
hostilidad haciea el ello
Sueño
El niño tiene
su propio
ritmo, métodos
Puede hacerlo libremente
con indulgencia de la madre,
que a menudo interfiere
Por medio de
actividades autoeróticas
Necesidad primitiva de contacto
estrecho y cálido de la piel de otra
persona mientras duerme
Que contraría las reglas
de higiene de dormir en
su propia cama.
Alimentación
Se le imponen penosos períodos de
espera al hambre que padece o se
lo alimenta cuando no lo desea
Evacuación
El control de esfínteres
comienza demasiado
pronto,
Deseo de estar acompañado
Necesidad biológica de la
presencia constante de un
adulto
Tensiones internas
Son inevitables
Del sueño, alimentación,
temores arcaicos, trastornos de
la conducta del niño que
comienza a caminar, fase
obsesiva transitoria, trastorno
de fase fálica, preadolescencia y
adolescencia
El Dr.
Nágera,
divide los
trastornos
del
desarrollo
en:
Interferencias o
trastornos en el
desarrollo
Cuando el ambiente impone
exigencias que no son
razonables ni adecuadas a su
yo y a las cuales no puede
controlar sin grandes
trastornos.
Conflictos
del
desarrollo
Experimentados, por todos los niño,
cuando el ambiente impone ciertas
exisigencias
Conflictos
neuróticos
Originados entre la
actividad de los
impulsos y las
exigencias
internalizadas,
precursores del
superyó.
Neurosis infantil
Asocialidad, delincuencia y
Criminalidad
El factor edad
El recién nacido como
ley en sí mismo
La madre,
como
legislador
externo
Control
externo,
extendido a
impulsos
Internalización
de este control
Caracterizadas por:
Desarmonía, no
socialización,
mentalidad
primitiva o
infantil, actitud de
niño sin principio
de realidad,
insuficiencia de
toleramiento de
frustraciones, mal
desarrollo del yo
Homosexualidad
Diferenciar
entre pasiva y
activa
Resulta favorecido por:
Tendencias bisexuales.
Narcisismo
primario
Apego
anaclítico
del niño a
objetos.
Libidinización
del ano y
tendencias
pasivas
Envidia del pene
Sobreestimación del
pene en fase fálica.
El complejo
de Edipo
negativo.
Perversiones y adicciones
No pueden ser
utilizados
directamente
Puede explicarse como
desviaciones de la norma:
cronológica y
cuantitativamente
Adicción
Travestismo
Fetichismo
Referencias: Freud, A. (1971) Evaluación de la
patología adulta. Normalidad y patología en la niñez
(pp-119-155)