La procesión del Señor de los Milagros
de Nazarenas, en Lima (Perú) brotan
múltiples realidades culturales
(Hermandad, Monasterio de Nazarenas,
Liturgia, Devotos, Autoridades civiles y
eclesiásticas, Comerciantes, Prensa…)
El motor de este caminar es el fervor
religioso, patrimonio auténtico de
nuestros pueblos, alma del cuerpo
social peruano y estimulante de
sentimientos, actitudes, gestos.
La “devoción” es una verdadera forma
de fe-confianza, por la que se establece
una relación profunda entre el Señor de
los Milagros y la persona, el “devoto”,
como él mismo se define.
Octubre tiene una profunda connotación religiosa. El hábito que usan los feligreses, los detentes,
adornos, la exquisita y clásica mazamorra limeña y hasta las camisetas de un popular equipo de
fútbol se tiñen de morado durante este mes tan esperado por los fieles del Cristo de Pachacamilla
Miles de peruanos no sólo acompañan las
andas en un claro acto de fervor religioso, sino
también toman parte de costumbres que con
el correr de los años, se fueron convirtiendo
en parte de la identidad de un pueblo.
Durante las procesiones, los
feligreses acostumbran llevar
cirios labrados artísticamente, de
mayor que los de uso cotidiano para
demostrar así su devoción.
Al paso del Señor de los Milagros, el pueblo lo
recibe con diversas alfombras de flores
multicolores elaboradas por Clubes de Madres
y Comedores Populares de Lima y Callao, que
son convocadas para marcar el camino del
Cristo Moreno por la ciudad.
La procesión del Señor de los Milagros, el Cristo de las
Maravillas, el Cristo Moreno (debido a que, entre sus
creyentes, predominaba la gente de color) o cuanta
denominación ostente, es considerada una de las más
multitudinarias de todo el orbe, tanto por el inmenso
mar humano que alberga como por la sublimidad y
grandiosidad espiritual que trae consigo esta mística
expresión de fe católica del pueblo limeño
Esta procesión es netamente peruana
que se celebra en la ciudad de Lima en
el contexto de una tradición que data
de varios siglos. Los peruanos,
radicados en el extranjero también
realizan otras procesiones en diferentes
partes del mundo.
El dulce tradicional del mes morado. Pero
el exquisito sabor del turrón ha
trascendido a la costumbre limeña de
probarlo solo en octubre.
El Señor de los Milagros tiene más de 300
años de historia y tradición. La adoración al
Cristo Moreno se vive un ambiente lleno de
fervor, catolicismo y sumo regocijo, con
ciertas costumbres que dieron inicio a una
maravillosa historia y que se mantienen
pese al paso de los años.
la presencia de los ''Penitentes'' perdura
desde siempre. Son los personajes que
acompañaban al Cristo Moreno durante la
procesión, agradeciendo por los milagros
concedidos lo que implica también realizar
una promesa ante la venerada imagen a
cambio del favor solicitado.
Las ''Zahumadoras'' eran en la época de la Colonia,
mujeres que provenían de la clase alta de Lima y que
se dedicaban a adorar al Señor de los Milagros
echando en el camino carbones encendidos y el
zahumerio, una resina aromática y que le daba
mayor vistosidad al transitar del Cristo de
Pachacamilla por Lima.