El lóbulo frontal (nombre en latín: lobus frontalis) es
un área de la corteza cerebral de los vertebrados. En
los seres humanos está localizado en la parte anterior
del cerebro.
Los lóbulos temporales están localizados debajo y detrás de los lóbulos frontales.
Los lóbulos frontales son los más "modernos" filogenéticamente. Esto quiere decir
que solamente los poseen de forma desarrollada los animales más complejos,
como los vertebrados y en especial los homínidos.
En el lóbulo frontal se encuentra el área de Broca, encargada de la producción
lingüística y oral. También se dan los movimientos de los órganos
fonoarticulatorios.
Área precentral
Ubicada en la circunvolución precentral, por delante del Surco Central de
Rolando y por detrás del Surco Precentral.
Se divide en:
Región posterior (área motora primaria o área 4 de Brodmann): Su función es llevar
a cabo los movimientos individuales de diferentes partes del cuerpo. Recibe aferencias
del tálamo, corteza sensitiva, área premotora, cerebelo y ganglios basales ya que esta
área constituye la estación final para la conversión del diseño en la ejecución del
movimiento.
Región anterior (área motora secundaria, área premotora, o área 6 de Brodmann y partes de las áreas 8,
44 y 45): Almacena programas de actividad motora reunidos como resultado de la experiencia pasada.
Participa en el control de movimientos posturales groseros mediante sus conexiones con los ganglios
basales, además recibe aferencias de la corteza sensitiva y tálamo. Es la que programa la actividad del
área motora primaria.
Campo ocular frontal
Se encarga de los movimientos conjugados de los ojos, sobre todo los del lado
opuesto. Controla los movimientos oculares voluntarios y es independiente de
estímulos visuales.
Area motora de lenguaje ó área de Broca
Ubicada en la circunvolución frontal inferior, es importante en la formación de palabras, debido a sus
conexiones con el área motora primaria. En la mayoría de las personas esta área es dominante en el
hemisferio izquierdo, y la ablación del hemisferio no dominante no tiene efectos sobre el lenguaje,
mientras que el daño del hemisferio dominante produce pérdida de la capacidad para producir la palabra,
es decir una afasia de expresión, conocida como afasia de broca.
Corteza prefrontal.
Se ubica por delante del área penetrante, región extensa que se conecta con un gran número de vías
aferentes y eferentes. Se vincula con la personalidad del individuo y con la regulación de la profundidad de
los sentimientos, así como en la determinación de la iniciativa y el juicio del individuo. También interviene
en el proceso de atención.
Las lesiones de la corteza prefrontal se pueden presentar como un síndrome apático o pseudodepresivo,
que se traduce en una reducción de la espontaneidad motora y verbal, pérdida de iniciativa, actividad
motora y mental más lenta, indiferencia afectiva, escasa emotividad y menor interés sexual. (se relaciona
con lesión de la región frontomedial).
Mientras otros presentan un síndrome desinhibido o pseudopsicopático, que se caracteriza por dificultad
para reducir la velocidad de ciertas conductas, pérdida de autocrítica, conducta social inapropiada,
indiferencia por los demás, y desinhibición o promiscuidad sexual (se relaciona con una lesión de la región
frontobasal).
La corteza frontopolar es la parte de la corteza cerebral prefrontal, que ha evolucionado más
recientemente y está relacionada con la planificación y el control de otras regiones cerebrales. Este corte
realizado en la parte frontal del cerebro también revela otros elementos del cráneo, como los ojos, la
cavidad nasal, los senos maxilares y la lengua.
Lóbulo pariental
El lóbulo parietal es, dentro de los lóbulos cerebrales,
el que ocupa la zona que recae bajo el hueso parietal,
es decir, en las partes medias y laterales de la cabeza,
los mayores entre los que forman el cráneo.
Se trata de la zona cerebral que está encargada
especialmente de recibir las sensaciones de tacto, calor, frío,
presión, dolor, y coordinar el equilibrio.
Cuando se lesiona, da anestesia en el brazo y pierna del lado opuesto, a veces con dolores y epilepsias
sensitivas, y desequilibrios de balance. La lesión del lado izquierdo da trastornos en el lenguaje, dificultad
para leer y dificultad para realizar cálculos matemáticos.