IMPLICACIONES PARA LA JUSTICIASOCIAL DE LA APERTURA DE LASESCUELAS AL ENTORNO SOCIAL
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La representación constituye una de las dimensiones fundamentales que conforman el concepto de justicia social, cuyo significado se ha expandido durante las últimas décadas.
IMPLICACIONES PARA LA JUSTICIASOCIAL DE LA
APERTURA DE LASESCUELAS AL ENTORNO SOCIAL
El concepto de justicia social
deviene como una entidad
compleja y repleta de significados
Las tres dimensiones esenciales, según
Fraser (2010), para la construcción del
concepto de justicia social son:
La representación
El reconocimiento
La redistribución
La representación abunda en el aspecto político, por lo que la filósofa
estadounidense señala que es en dicha dimensión donde se cristaliza
la injusticia, al negar la capacidad de expresión y participación a
ciertas colectividades, históricamente marginadas y excluidas.
El vínculo entre la institución escolar y el entorno puede
propiciar un enriquecimiento de las condiciones sociales y
humanas necesarias para que se establezca la justicia social.
La escuela puede generar, a través
de su apertura, cambios
significativos en el entorno y
sociedad donde está enclavada.
La escuela, con su apertura al entorno, puede
propiciar que las prácticas democráticas, equitativas
y justas promovidas desde el interior se proyecten
hacia toda la ciudadanía y el entorno social.
Martínez-Odría y Jiménez-Abad (2003),
consideran que la apertura de los centros
escolares, entre otras ventajas, permite
un enriquecimiento del proceso educativo.
El proceso de enseñanza-aprendizaje se configura
como una construcción simbólica donde confluyen
muchos y diversos factores, siendo uno de los más
relevantes el entorno o ambiente educativo.
Antón (1998), entiende que el contexto
escolar contribuye poderosamente a la
formación integral del alumnado
Permite aprender y practicar los rudimentos
básicos de la convivencia y, por tanto, propicia
un ejercicio responsable de la ciudadanía y
vida en el seno de la sociedad.
La escuela, en la concepción de
Iván Illich
Se configura como el paradigma de unas
instituciones defectuosas y obsoletas que han
reproducido todas las deficiencias e imperfecciones
de la sociedad contemporánea, siendo
imprescindible la restauración del ideal de hombre
ingenuo que atiende más a las personas que al
entorno material y reificador que le rodea.
Según él, las herramientas que, al menos
en su origen, podrían haber liberado a la
ciudadanía de la esclavitud que suponía el
trabajo alienante, han terminado por
someterlas a su servicio
El trabajo creativo que pudiera generar la institución
escolar se ve limitado y anulado de manera progresiva
debido al incremento de tecnologías que, a medida que
se desarrollan, se alejan cada vez más de lo que son
las necesidades reales e inmediatas de las personas.
Nos encontramos en el marco de un nuevo
paradigma socioeducativo, dentro del cual se aborda
la crítica al modelo de escuela tradicional
Merino (2009), dicha crítica se nutre de dos elementos fundamentales
El encapsulamiento o
atrincheramiento de la escuela
dentro de sí misma provoca en las
instituciones escolares la generación
de una cultura propia, autosuficiente
y fuertemente desvinculada del
entorno social donde están insertas.
Todos los ritos, símbolos, procedimientos y
artefactos utilizados en el seno de dicha
cultura refuerzan el aislamiento y
conforman una institución que reviste
tintes anacrónicos y llega a estar
profundamente aislada del devenir de los
tiempos contemporáneos
De acuerdo con el autor, que es necesario plantear un nuevo marco relacional entre la escuela y el entorno
que permita reconvertir y acometer los cambios estructurales necesarios en el funcionamiento de la misma
La apertura al entorno es vista por
muchos docentes como una situación
incómoda que perjudica notoriamente
su agenda curricular y laboral sin que
pueda percibirse un beneficio.
Se detecta un número preocupante de
docentes noveles que se plantean con desgana
cualquier ejercicio de apertura que exceda de lo
estrictamente académico y curricular.
La gestión del conocimiento que estas
instituciones realizan, facilitan la
reclusión y la tendencia de la escuela a
convertirse en un lugar reservado, opaco a
las influencias del entorno y, por el mismo
motivo, poco o nada abierto a la
exportación de los rudimentos cotidianos
que se abordan en el seno de la
institución.
En el profesorado que imparte la educación
secundaria, las dinámicas de apertura y
realización de actividades son muy escasas,
limitándose la inmensa mayoría a la impartición
de contenidos curriculares en el aula
El alumnado, especialmente el más necesitado de compensación o ayuda
por parte de las instituciones, encuentra serias dificultades para
cohonestar e integrar los aspectos curriculares establecidos en el ámbito
académico con la realidad con la que conviven diariamente.
Preparar al alumnado para la vida, como base del aprendizaje
competencial (competencias claves o básicas, según establece
la normativa de aplicación vigente) exige, ni más ni menos,
que introducir esa vida real y externa en los centros
Dinámicas y vectores de expansión integran a la comunidad local.
El aprendizaje por descubrimiento, colaborativo y basado en proyectos
exige una apertura a vivencias extracurriculares y el establecimiento
de puentes con la realidad exterior que muy pocas escuelas desarrollan
de manera amplia y comprometida con su entorno más próximo.
Es necesaria la implicación de los órganos directivos de los centros
docentes, así como la elaboración de proyectos comunes que
contribuyan a establecer vínculos y lazos de colaboración estables