Se conoce como salud integral al
estado de bienestar ideal el cual se
logra únicamente cuando existe un
correcto balance entre los factores
físicos, emocionales, espirituales,
biológicos y sociales. Es de esa forma
que las personas logran crecer en
todos los ámbitos de la vida y, por lo
tanto, se siente sano tanto física
como mentalmente, además de que
tendrá plena felicidad.
Este concepto de salud engloba a varios
elementos trasladándose hacia un punto de
vista holístico el cual trasciende más allá del
solo funcionamiento del organismo, dicho
estado de salud ideal depende de diversos
elementos, pero no cabe duda que los más
importantes son el elemento genético y el
estilo de vida que posee cada individuo.
Existe una gran cantidad de estudios que coinciden en el
hecho de que los cambios en el estilo de vida que se
encuentran enfocados hacia una alimentación sana y
balanceada, la práctica constante de actividad física, la
ejecución de técnicas para relajarse, la calidad y cantidad del
sueño, adoptar medidas como prevención ante diversos
riesgos y accidentes, así como también la visita periódica a un
especialista de la salud son de gran importancia para lograr
un buen estado de salud y al mismo tiempo para mantenerlo
a lo largo del tiempo.
Los expertos afirman que la mejor
forma para alcanzar un estado de
salud óptimo, o salud integral, es
mediante la adopción de medidas
preventivas que ofrezcan las
posibilidades de evitar o retardar la
aparición de enfermedades crónicas
como es el caso de la diabetes,
hipertensión arterial,
arterioesclerosis, enfermedades
degenerativas de las articulaciones y
del sistema nervioso e incluso el
cáncer.