KANT
1. VIDA
Inmanuel Kant, nació el 22 de Abril de 1724
en Königsberg (hoy Kaliningrado), de familia humilde. Su madre, mujer
inteligente y piadosa, educó a sus once hijos en la secta protestante de los
pietistas.
En 1732 (8 años), entra en el "Colegium Fredoriciarum",
también de orientación pietista. En 1740 (16 años), accede a la Universidad,
donde recibe una instrucción filosófica basada en las teorías de Woolf, y es
iniciado en la ciencia de Newton.
A sus veintidós años (1746), escribe su
primera obra, titulada "Pensamiento
sobre la verdadera estimación de las fuerzas vivas", que fue publicada
al año siguiente.
Muerto su padre, y sin recursos económicos,
trabaja como preceptor de varias familias prusianas. Frecuenta entonces, una
sociedad elegante y educada, que le gustó, y en la que hizo buen papel. Esta
ocupación, le dejaba tiempo libre para investigar.
En 1745 (31 años), presenta su tesis doctoral
en Filosofía (De igne), y su tesis de habilitación (nueva explicación de los
primeros principios del conocimiento metafísico) por la que es nombrado
Privat-Dozent.
En 1770 (46 años), defiende la Dissertatio
titulada: "De mundi sensibilis atque
intelligibilis forma et principis" por la que es nombrado profesor
titular (catedrático) de la Universidad de Königsberg. En esta obra, aparecen
los primeros atisbos de lo que constituirá lo esencial de su filosofía: la idea
crítica.
En 1781 aparece su primera gran obra,
"Crítica de la razón pura". Han pasado 11 años desde su obra
anterior, y ya tiene diseñado su sistema filosófico. Las publicaciones (ver
"OBRAS") se sucederán con rapidez.
Desde 1775, (Privat-Dozent), ha estado
enseñando en la Universidad de Königsberg, siempre con gran éxito entre los
alumnos. Su lema docente fue: "No enseñar pensamientos, sino enseñar a
pensar."
Dictó cursos sobre las más variadas materias:
matemáticas, geografía física, metafísica, moral, teología, derecho, etc...
Junto con sus obras importantes, publicó artículos que tratan desde los
terremotos a la industria del libro, o desde los volcanes de la Luna a las
razas humanas, pasando por los vientos, la influencia de la Luna sobre el
tiempo, etc...
Kant, no se casó nunca, aunque tenía muchos
amigos. De salud débil, aquejado de frecuentes jaquecas que le impedían
trabajar, con un estricto régimen de comidas, su perseverancia en la labor
intelectual tiene algo de heroico. Pidió la jubilación escolar a los 72 años.
Comienza una revisión de su sistema que no pudo concluir y de la que nos han
llegado notas sueltas.
Murió a los 80 años, después de pasar 12
meses casi sin vista, y perdida la memoria. Sus funerales, constituyeron una
manifestación pública de dolor de la ciudad de Königsberg, que le vio nacer,
trabajar y morir.
2. OBRAS
Podemos considerar dos períodos:
A) PERIODO PRECRÍTICO (hasta
1770)
1746 Pensamientos
sobre la verdadera estimación de las fuerzas vivas
1755 De
igne, tesis doctoral
1755 Nueva
explicación de los primeros principios del conocimiento metafísico
1770 Disertación
sobre la forma y los principios del mundo sensible e inteligible
B) PERIODO CRÍTICO
1781 Crítica
de la razón pura
1783 Prolegómenos
a toda metafísica futura como ciencia
1784 ¿Qué
es la ilustración?
1785 Fundamentación
de la metafísica de las costumbres
1787 Crítica
de la razón pura. Revisión de la primera publicación del mismo título
1788 Crítica
de la razón práctica
1790 Crítica
del juicio
1793 La
religión dentro de los límites de la mera razón
1795 La
paz perpetua
3. CONTEXTO HISTÓRICO Y FILOSÓFICO
El momento histórico en el que se desarrolla
el pensamiento kantiano, es un período de transición de los tratamientos
propios de la Ilustración hacia los nuevos presupuestos que concluirán en el
Romanticismo.
Kant, aunque critica algunos aspectos de la
Ilustración, desarrolla su más profunda aspiración: conseguir un humanismo
racional, basado en la autonomía del sujeto humano.
Dirá refiriéndose a la Ilustración: "Esta es la salida de los hombres de una
menoridad debida a ellos mismos. Menoridad es la incapacidad de servirse del
propio entendimiento sin guía ajena. ¡Ten el valor de servirte de tu propio
entendimiento!” (Qué es la
Ilustración).
Kant es hijo de su tiempo. Recibió la
influencia de dos corrientes opuestas:
·
El
racionalismo de Woolf fundamentalmente y también de Leibniz, que intentaban
construir una filosofía con base en la sola razón, sin acudir a la experiencia.
(A estos filósofos se refiere Kant, cuando habla de filosofías dogmáticas,
metafísicas,...)
·
El empirismo
de Locke y Hume que no admite más fuente de conocimiento que las impresiones sensibles.
(Como hemos estudiado en Hume.)
En un principio, Kant, presta su adhesión a
ambas premisas, además de aceptar la concepción física y matemática de Newton.
Kant, intenta superar la evidente oposición
de estas dos corrientes de la Ilustración acudiendo a su examen riguroso de las
posibilidades del conocimiento humano, de sus límites (actitud crítica).
El resultado, no fue la unificación ni
salvación de ambas posturas, sino la aparición de un nuevo sistema que podemos
llamar idealismo trascendental, cuyas bases (subjetivismo y criticismo)
estudiaremos.
Kant, no consiguió lo que pretendía:
establecer sobre bases sólidas una filosofía perfecta y acabada, de modo que
fuera aceptada por todos, como las matemáticas o las ciencias; sin embargo, sí
que consiguió un cambio de dirección en el pensamiento filosófico. Muy
difícilmente, un filósofo post-kantiano se aventurará a construir una filosofía
sin antes dilucidar el problema crítico, dando prioridad, como hacía Kant, al
sujeto sobre el objeto, (subjetivismo).
Esta línea filosófica, tenderá al
antropocentrismo, instaurando una visión del mundo que coloca al yo subjetivo
como centro del universo y a la persona humana como un ser autónomo
independiente de otras instancias externas.
4. SU FILOSOFÍA
I.
IDEA GENERAL DEL KANTISMO
Nos encontramos ante un enciclopedista,
prácticamente dominador de todos los conocimientos de la época; por ello nos
centraremos en los temas de su filosofía: la teoría del conocimiento y la
ética.
1.
Fuentes del
kantismo
Podemos reducirlas a cinco.
a. Lutero: Acepta la doctrina
luterana de que la fe es un acto de la voluntad (creo) sin ningún motivo
intelectual. Influirá en su modo de llegar a afirmar la existencia de la
libertad, la inmortalidad del alma y la existencia de Dios, después de haber
negado la posibilidad de demostrarlas e incluso de conocerlas.
b. Woolf: Cuando Kant habla de
metafísica, se refiere a la metafísica wolffiana, que es la que conoció. Para
Kant, ésta metafísica era una "metafísica dogmática" porque:
·
no ha
"criticado" previamente su instrumento para realizarla: la razón.
·
pretende
conocer lo que son "las cosas en sí" por razón pura,
independientemente de toda experiencia, es decir, intenta derivar desde los
primeros principios que se encuentran en la razón todos los conocimientos en el
ámbito de lo corporal, del alma y de Dios.
c. Newton: La ciencia newtoniana
es una realidad innegable: consigue explicar los fenómenos físicos. Para Kant
es un paradigma, un modelo, por así decirlo, "funciona". ¿Cómo lo ha
conseguido? Aplicando las matemáticas a la experiencia.
En la ciencia newtoniana, la experiencia
presenta hechos, datos dispersos; la mente humana los une mediante unas leyes
necesarias que ella inventa. Este esquema de pensamiento, influirá
decisivamente en la filosofía kantiana.
Todo conocimiento, será la unión de una
"materia" (los datos de experiencia que son dispersos y variados) y
la "forma" que es un acto del sujeto, independiente y anterior
("a priori") de la experiencia y que unifica y confiere inteligibilidad
a los hechos de experiencia.
d. Hume: Empirista, encarna el
escepticismo. Limita el poder del conocimiento a los fenómenos. En esto, Kant
le da la razón. Pero por su crítica al principio de causalidad, arruina la
ciencia que tiene que dar leyes necesarias. Y Kant, quiere hacer ciencia por lo
que tendrá que superar el empirismo escéptico de Hume.
e. Rousseau: Conserva de él, la
idea de que la conciencia es un absoluto, regla única de acción, y de que la
moralidad reside en la pureza de intención, sin referencias a los actos
humanos.
2. El punto de partida
kantiano
A la doctrina kantiana se la suele llamar
"criticismo". El "criticismo" kantiano, consiste en escapar
del escepticismo de origen empirista, destruyendo a su vez, el dogmatismo de la
filosofía racionalista que es quien da armas al escepticismo. El fruto, es un
nuevo sistema: el idealismo trascendental o crítico.
El punto de partida de Kant son dos hechos
que para él, son absolutamente ciertos: el hecho de la ciencia y el hecho de la
moral; existen conocimientos verdaderos y existen obligaciones morales.
Kant no se pregunta si es posible la ciencia
o la moral, sino cómo son posibles, es decir, qué principios o condiciones
requieren para que se den.
Al hecho de preguntarse por las condiciones
de posibilidad, le llamamos "criticar". Por tanto, tendrá que hacer
una crítica de la Razón pura que es la que produce la ciencia (¿Qué podemos
saber?) para ver hasta qué niveles se puede decir que un conocimiento es
científico. Y tendrá que hacer una Crítica de la Razón práctica, para ver cómo
es posible la moral, y así encontrar lo que debemos hacer.
II.
EL PUNTO DE VISTA CRÍTICO
Conviene aclarar, antes de comenzar con la
crítica de la Razón pura, qué entendemos por punto de vista crítico. Será
suficiente definir el problema que intenta resolver y el método que emplea.
1.
El problema
crítico
El problema central de Kant, es la
posibilidad de un conocimiento metafísico, con rango de conocimiento
científico, es decir, cierto, estable, seguro, universal.
Procedamos ordenadamente:
a. Todo conocimiento empieza con
la experiencia. El espíritu se pone en acción cuando los sentidos le
proporcionan objetos. Pero los juicios universales y necesarios (científicos)
no pueden estar basados en la experiencia porque ésta:
·
Nos
proporciona hechos particulares y contingentes, nos dice que algo es así, pero
no que no pueda ser de otra manera.
·
Nunca nos
ofrece todos los casos posibles.
Luego la necesidad y universalidad no
provienen de la experiencia, sino que son "a priori", es decir, antes
que la experiencia.
b. Los juicios pueden ser
analíticos o sintéticos (Kant considera que esto es uno de sus grandes
hallazgos)
·
Juicios
analíticos: Son aquellos en que el predicado está contenido, al menos confusa o
implícitamente, en el sujeto. Por ejemplo: todos los cuerpos son extensos.
Estos juicios no hacen avanzar el
conocimiento, no lo amplían, porque ya teníamos en el sujeto (ejemplo: cuerpo)
lo que hemos encontrado (extensión) al realizar el juicio (los cuerpos son
extensos).
·
Juicios
sintéticos: Un juicio es sintético cuando unimos a un sujeto un predicado que
no estaba incluido en él. Por ejemplo: todos los cuerpos son pesados. El
concepto peso, no está incluido en la definición de cuerpo. En estos juicios sí
hay un avance, aumento, de conocimiento.
c. Conclusión: Si queremos que
una disciplina (por ejemplo la metafísica) sea científica y consiga progresar
en su conocimiento, ha de proceder con juicios sintéticos "a priori".
Así lo vemos en las ciencias como las matemáticas que tienen asegurado su estatuto
científico. Por ejemplo: "... la línea recta es el camino más corto entre
dos puntos."
Es sintético, porque el concepto
"recta" que es cualitativo, no incluye el concepto "más
corto", que es cuantitativo. Y es "a priori", porque no
necesitamos de la experiencia para formular ese juicio.
La metafísica, será ciencia si emplea estos
juicios sintéticos "a priori". ¿Cómo podemos saber si los puede
emplear? Analicemos los juicios de ciencias como las matemáticas, la física, y
descubramos en qué principios están fundadas y cómo se realizan. Y veremos en
qué condiciones la metafísica puede realizarlos, si es que puede.
Queda patente el interés de Kant por
instaurar la metafísica como ciencia segura. Las críticas escépticas a la
metafísica, influyeron claramente en el ánimo de Kant.
2.
El método
crítico
El método que emplea para ver cómo son
posibles los juicios sintéticos "a priori", y cuáles son los
elementos que los explican, fundamentan, o de los cuales son derivados, lo
llama análisis trascendental. Analizando estos dos términos, alcanzaremos en
qué consiste el método.
a. Trascendental: No tiene nada
que ver con los trascendentales (propiedades del ser), ni con el concepto de
trascendental de la filosofía clásica. Dirá Kant: "Llamo trascendental, a
todo conocimiento, investigación o método que se ocupa, no de los objetos sino
de nuestros conceptos o juicios a priori sobre los objetos."
b. Análisis: El análisis consiste
en remontarse de un hecho a sus causas. El hecho que tiene que analizar, son
los juicios sintéticos a priori, que contienen las ciencias. Y el análisis,
consistirá en encontrar los principios que explican o fundan estos juicios. El
método de análisis trascendental, consistirá, por tanto, no en analizar las
condiciones del objeto y del sujeto para que se pueda dar el conocimiento, sino
en analizar las leyes del espíritu para dar ese conocimiento científico. Es
pues, un análisis del sujeto cognoscente. Pero, no se trata de un análisis
psicológico de los hechos que se dan en el espíritu, sino de un análisis
crítico de un hecho: los juicios sintéticos a priori para encontrar los
principios lógicamente exigidos para que puedan producirse.
III.
TEORÍA DEL CONOCIMIENTO. CRÍTICA DE LA RAZON
PURA
Kant distingue tres nivel es de conocimiento:
A) La sensibilidad. La crítica de la
sensibilidad la llama "estética trascendental". En este nivel de
conocimiento, se funda la ciencia matemática.
B) El entendimiento. La crítica del
entendimiento es llamada "analítica trascendental". En este nivel, se
funda la ciencia física.
C) La razón. La crítica de la razón es
llamada "dialéctica trascendental". En este nivel, se situará la
metafísica que Kant juzgará imposible. (Hemos de tener en cuenta que Kant lo
que tiene presente es la metafísica wolffiana.)
En este último nivel, la razón es la que da
nombre a toda la obra, "Crítica de la razón pura", que es texto
fundamental para conocer su teoría de conocimiento.
1.
Crítica de
la sensibilidad o Estética trascendental
El primer paso que da Kant es aislar la
sensibilidad para determinar su valor o alcance.
A) Las formas "A PRIORI"
El objeto concreto es conocido por el sujeto
por medio de una intuición, es decir, nos es dado inmediatamente. La intuición
es la única operación que nos pone en contacto con el objeto. Además, para
Kant, no hay más intuición que la intuición sensible. La sensibilidad es pura
pasividad o receptividad, capacidad de recibir impresiones. La sensación será,
por tanto, la impresión de un objeto sobre la facultad. Mediante ella tenemos
la intuición de los objetos que Kant llama "intuición empírica". Todas
las impresiones se dan en el espacio y en el tiempo, pues un objeto siempre
aparece en un lugar determinado y en un tiempo dado. Kant nos dirá que en el
conocimiento sensible hemos de distinguir dos elementos:
a) la "materia" que consiste en las
impresiones, las cualidades sensibles.
b) la "forma", que es marco
espacio-temporal en donde se sitúan estas cualidades.
Para Kant, espacio y tiempo no son conceptos,
(porque el concepto es abstracto, y el espacio y el tiempo son medios concretos
en donde colocamos los objetos sensibles y es universal, es decir, aplicable a
muchos y espacio y tiempo sólo hay uno). Además espacio y tiempo no pueden
venir de la experiencia porque nosotros colocamos las experiencias en ese
"marco" espacio-temporal, por lo tanto, espacio y tiempo han de ser
anteriores a las experiencias sensibles es decir, "a priori" de la
sensibilidad.
Espacio y tiempo son "... formas a
priori de la sensibilidad"; son leyes del sujeto con las cuales se
construye su conocimiento sensible, teniendo como materia o contenido
suministrado por la sensación.
Estas formas, por pertenecer a la estructura
del sujeto no son adquiridas. Kant dirá que tampoco son innatas, sino que se
revelan en el acto de percibir. Podemos decir que son virtualmente innatas.
B) El idealismo trascendental
Con lo ya dicho tenemos puestas las bases
para exponer los puntos principales del "idealismo trascendental".
El espacio y el tiempo, no son entidades
reales, ni propiedades de las cosas, sino leyes del propio sujeto, con las
cuales conforma (da forma) a lo recibido de fuera. En consecuencia, sólo
podemos percibir las cosas, en la medida en que están sometidas a las formas de
nuestra sensibilidad. Por tanto, no podemos conocer las cosas en sí (los
noúmenos), sino sus representaciones (fenómenos) que aparecen en mi conciencia,
es decir, sometidas ya a "las formas a priori de la sensibilidad".
Kant, considera necesaria que detrás de los
fenómenos existan cosas en sí, aunque no las conozcamos, porque las impresiones
que recibimos, suponen una causa exterior. Por tanto, para Kant, los fenómenos
no serán apariencias ilusorias o puramente subjetivas. Son objetivos, en el
sentido de que ha de existir fuera, algo que las haya causado, aunque ese algo
no podemos conocerlo "en sí mismo".
2.
Crítica del
entendimiento o analítica trascendental
a. Introducción
La sensibilidad nos presenta los objetos;
pero el que sintamos los objetos, no quiere decir que los conozcamos. La
sensibilidad presenta los objetos; el entendimiento los piensa imponiendo a la
diversidad que nos presenta la sensibilidad unos conceptos que tienen como
misión, unificar esa diversidad, haciéndola inteligible.
Pero, ambas funciones son necesarias para que
haya conocimiento. Sin conceptos, la intuición sensible es "ciega",
no se sabe literalmente, qué se ve; pero, sin intuición, los conceptos son
"vanos", no se piensa en nada.
La sensibilidad es, por tanto, algo pasivo;
es receptividad. El entendimiento es activo, aplica los conceptos a las
intuiciones, para hacerlas inteligibles.
b. Los conceptos puros
Ya hemos dicho anteriormente, que la única
intuición que había, era la sensible; Kant niega que haya cualquier tipo de
intuición intelectual por la que se pudiera alcanzar el ser más allá de los
fenómenos.
El conocimiento intelectual se hace por medio
de conceptos. Consiste en alinear diversas representaciones sensibles bajo una
representación común, o como dice Kant, "... subsumir lo diverso de la
intuición sensible bajo conceptos", haciéndola así inteligible.
Pongamos un ejemplo: Tengo una serie de
representaciones sensibles o sensaciones que he recibido y que son múltiples y
diversas, puedo darles una unidad mediante el concepto causa, que poseo y que
puedo definirlo como "todo lo que sucede tiene una causa"; y formular
el siguiente juicio: Tu empujón me ha provocado mi caída. O puedo unificar
otras sensaciones bajo el concepto sustancia y decir: Esto es una sustancia
(que también es un juicio).
El modo de utilización que el entendimiento
puede hacer de sus conceptos es juzgando. Por tanto, podemos definir el
entendimiento como "el poder de juzgar". El pensamiento se reduce a
juicio.
¿Cuántas funciones de síntesis tiene el
entendimiento? Tantas como modos de juzgar. Son doce modos (en los que no
entraremos). A estas funciones de síntesis las llama "conceptos
puros" o "categorías": reglas según las cuales, el espíritu,
unifica los fenómenos dados por la intuición sensible para comprenderlos.
Por tanto, cuando yo reúno lo dado por la
intuición sensible bajo el concepto causa, lo que tengo aplicado ahí, no es una
ley de ser, sino una ley de nuestro espíritu. Por tanto, cuando el espíritu
encuentra un orden y unas leyes en la naturaleza, es porque él ha reunido los
fenómenos conforme a sus propias leyes o categorías.
c. La deducción trascendental
Hemos dicho que Kant funda la física en este
nivel de conocimiento (la analítica trascendental). Kant tiene que solventar el
problema de cómo categorías subjetivas de nuestro espíritu tienen valor
objetivo y pueden fundar la ciencia física.
Quiere demostrar que las categorías, son
aplicables a la experiencia y que la misma experiencia sólo es posible gracias
a las categorías. Propone la siguiente solución:
Las categorías convierten a los fenómenos en
"objetivos".
Cuando un fenómeno no es sometible a las
categorías es puramente subjetivo, porque sólo yo lo puedo percibir. Sin
embargo, cuando es sometible a las categorías, entonces es objetivo, porque las
categorías son leyes necesarias, comunes a todos los espíritus humanos. Por
tanto, un fenómeno sometido a leyes es objetivo, porque vale para todo
espíritu. Para Kant por tanto, objetividad significa validez universal.
Así pues, las categorías hacen objetivos los
fenómenos. De la unión de categoría y fenómeno nace el objeto. A la totalidad
de fenómenos objetivos es a lo que llamamos experiencia (objeto del
conocimiento científico).
Quedan tres cuestiones pendientes es este
tema.
A) ¿Por qué el hombre está dotado de estas
categorías y no otras? Kant, lo da como un hecho y dice que la crítica no llega
más allá.
B) ¿Cómo se llega a constituir un objeto,
siendo varios los fenómenos y varias las categorías necesarias para
constituirlo? Esta labor la realiza el yo trascendental (yo pienso, conciencia
pura o percepción trascendental). El yo trascendental es el principio de
unidad. Es un principio activo, que unifica los diversos fenómenos y las diversas
categorías que entran en la constitución de un objeto. Este yo trascendental o
conciencia trascendental no es un yo empírico o conciencia psicológica, que
sería algo individual. Es una función individual unificadora, común a todos los
hombres, universal. Es una función de unificación subjetiva, pero no subjetiva
particular, sino subjetiva trascendental.
C) ¿Cómo es posible la aplicación de las
categorías (naturaleza intelectual) a los fenómenos (naturaleza sensible)
siendo ambos de distinta naturaleza? La respuesta está en la teoría del
"esquematismo trascendental". Los "esquemas" son producidos
por la imaginación pero no son imágenes sino "procedimientos de la
imaginación para dotar a un concepto de su imagen-esquema correspondiente a ese
concepto" Cada concepto tendrá un esquema que es lo que nos permitirá determinar
"a priori" bajo qué condiciones una categoría puede aplicarse a unos
fenómenos concretos. Por ejemplo, el esquema de la causalidad es la sucesión
irreversible de los fenómenos en el tiempo; el esquema de la sustancia es la
permanencia de un fenómeno a lo largo de un lapsus de tiempo, mientras los
demás cambian. Todos los esquemas son diversas determinaciones del tiempo. Este
es el puente que permite la aplicación de la categoría al fenómeno; pues el
tiempo es algo homogéneo con los fenómenos (todos ellos se dan en el tiempo) y
tiene afinidad con las categorías, pues el tiempo es universal (se da en todo
fenómeno posible). Y además, es " a priori" (los diversos esquemas no
los hemos sacado de la experiencia).
Þ
Corolario
Kant, nunca pensó que se pudiera hacer una
física completa a priori; pero sí afirmo que existe una ciencia pura de la
naturaleza, una física universal y general con juicios sintéticos a priori
(independientes de la naturaleza).
Por ejemplo, a priori, puedo dar la siguiente
ley; todos los acontecimientos están causalmente determinados según leyes
constantes. Y esto es posible, lógicamente, porque el objeto lo he constituido
según las leyes "a priori" del pensamiento, por tanto, esas leyes
"a priori" rigen la naturaleza del objeto y puedo formularlas "a
priori".
e. Conclusiones
1. De la unión de la sensibilidad (intuición
sensible) y con el entendimiento (categorías) surge el conocimiento.
2. De la unión del fenómeno con las
categorías surge el objeto.
3. Hace falta intuición y conceptos para que
haya conocimiento.
4. El entendimiento no puede superar los
límites de la sensibilidad, porque sólo hay intuición sensible.
5. Los conceptos (categorías) del
entendimiento recaen sobre los fenómenos. El "noúmeno" (la cosa en
sí) no es alcanzable por el entendimiento. Para conocerlo sería necesario una
intuición intelectual que no poseemos. Por tanto, la cosa en sí, es
incognoscible.
3.
Crítica de
la razón pura o Dialéctica trascendental
Analizadas las condiciones de posibilidad,
del conocimiento científico, Kant establece que la metafísica no cumple las
condiciones de este conocimiento. Los conceptos claves de la metafísica (alma,
mundo y Dios) no subsumen bajo sí ninguna intuición, faltándoles por tanto, uno
de los dos elementos característicos de todo conocimiento científico.
La función de la razón es razonar; vincula
unos juicios con otros según la relación de principio o consecuencia. La razón
procura irse remontando de condición a condición hasta un primer término
absoluto o incondicionado (alma, mundo y Dios). El hombre de forma natural
tiende a ir unificando todo lo que le va siendo dado.
A estos principios unificados les llama Kant
"ideas". La idea del alma unifica toda la experiencia interna; la
idea del mundo unifica todos los fenómenos de la experiencia externa; y ambas
esferas están unificadas por la idea de Dios.
Esta tendencia de unificación (tendencia
metafísica), es una disposición natural que tiene un uso correcto: el utilizar
estos tres conceptos como reglas heurísticas del conocimiento. Incluso afirma
que el hombre ha de actuar en orden al conocimiento como si existieran.
Sin embargo, cuando atribuimos a esas
"ideas" una existencia real o "en sí" y las hacemos
funcionar como elementos determinantes de nuestro propio pensamiento, caemos en
errores. Lo propio de la metafísica dogmática es dejarse engañar por esta
ilusión natural de dar realidad a las ideas de la Razón. Los errores que
produce esta ilusión son los siguientes:
A) Paralogismos del alma:
·
"De la
sustancialidad que consiste en pensar el alma como sustancia."
·
"De la
simplicidad: pensar que es sustancia simple".
·
"De la
personalidad: pensar en el alma como sujeto idéntico a través del tiempo."
Todo ello es falso, pues no tenemos intuición
sensible del alma, sí de los fenómenos que aparecen en ella pero no de ella
misma.
B) Antinomias del mundo:
Si se considera al mundo como real se cae en
contradicciones, tesis y antítesis, que son demostradas ambas por argumentos
igualmente probatorios. Demos dos ejemplos:
·
El mundo está
limitado en el tiempo y en el espacio, el mundo no tiene límites ni en el
tiempo ni en el espacio.
·
En el mundo
hay causalidad libre, todo sucede según leyes necesarias.
Desde una perspectiva crítica no existen
estos problemas:
·
A la
primera: no hay intuición del mundo en su totalidad, luego no se puede conocer
si es limitado o no.
·
A la
segunda: ambas proposiciones son verdaderas; la tesis para el mundo de las
cosas en sí; la antítesis para los fenómenos.
C) Falsas demostraciones de la existencia de Dios.
Kant suele llamar a la existencia de Dios el
ideal de la razón. La crítica de Kant, consiste en mostrar que las pruebas que
se han dado de la existencia de Dios, carecen de valor.
a) Crítica de la prueba ontológica: Es
paralela a la idea tomista. Del análisis de un concepto (Dios) no se puede
sacar la existencia porque en el concepto están los caracteres esenciales, pero
no la existencia.
b) Crítica del argumento cosmológico (fundado
en el principio de causalidad). Hay un abuso de la categoría de causalidad.
Esta sirve dentro de los límites de la experiencia; cuando se supera este
límite, queda sin experiencia sobre la que apoyar la categoría y por tanto,
queda vacía.
c) Crítica de la prueba fisicoteológica o por
el orden del universo. No es válida porque emplea la categoría de finalidad en
sentido trascendente. Además, llega a una inteligencia ordenadora, pero, no a
un ser creador. Para Kant, Dios es un "ideal" del que no puede demostrarse
su existencia ni su inexistencia.
Þ
COROLARIO
¿Queda condenada toda metafísica? Queda
condenada por imposible la metafísica realista. La metafísica, quedará reducida
al análisis del espíritu y sus categorías, al análisis de las leyes del
pensamiento que serán, en los idealistas, las leyes del ser pensado, que es el
único que existe para nosotros.
IV.
CRITICA DE LA RAZÓN PRÁCTICA: ÉTICA
En la crítica de la razón práctica responde
Kant a la pregunta ¿qué debemos hacer?
1.
El deber
La moral Kantiana es una "moral del
deber". Hasta entonces, los filósofos pensaban que una acción era buena si
se dirigía hacia su fin último, hacia el bien supremo. Kant dirá que este no
puede ser el fundamento de la moral por dos motivos:
a) Porque dirigirse hacia un bien es una
tendencia egoísta (lo cual es entendible refiriéndose a los empiristas que
ponen el bien supremo en el placer o el interés, pero, difícilmente aceptable
en las morales racionales que sitúan al bien supremo en algo absoluto, y que
trascienden lo sensible).
c) Porque buscar el bien es un hecho que se
presenta como una necesidad natural, por esa razón no puede ser una obligación
moral.
Hasta ese momento la bondad de un acto se
fundaba sobre su objeto, sobre su "materia" dirá Kant. Si el acto que
he realizado es matar injustificadamente, como esto es malo, mi acción es mala.
Kant, dirá que la moralidad del acto depende
de su forma", de la intención que lo anima. Instaura, por tanto, una moral
"formal".
Para que un acto sea bueno, no basta que sea
"conforme a la ley" o legal, es necesario que lo haga "por
respeto al deber". Un acto por más que esté conforme al deber, si la causa
por la que lo he realizado es una inclinación o por conseguir algo, aunque sea
bueno, y no por puro respeto al deber, carece de valor moral.
Kant nos remite, por una parte, al respeto
como principio subjetivo de moralidad, y al deber como principio objetivo.
¿Qué es el deber? Es una ley que proviene a
priori de la razón y se impone por sí misma a todo ser racional. Esta ley se
traduce en la conciencia en "el imperativo categórico". Este
imperativo, que me da mi razón y que es lo que debo seguir para que mis acciones
sean buenas, podemos enunciarlo así: "obra de tal manera que el principio
(o máxima) de tu actuación pueda convertirse en ley universal". Una máxima
es una regla subjetiva de actuación. Por ejemplo: No mentiré, es una máxima
correcta porque puedo querer que sea ley para todos.
Y el imperativo es un juicio sintético "
a priori". A priori porque no viene de la experiencia y sintético porque
hay un aumento de conocimiento, ya que enlaza la máxima de una voluntad
(subjetiva) con un ser ley para todos.
Es, por tanto, una ética formal y no
material, ya que no nos da varios contenidos que debemos vivir, sino una regla
para saber si nuestras acciones son buenas o malas. Además es una ética
autónoma. Hasta entonces, dirá Kant, las éticas eran heterónomas, sometían la
voluntad a unas normas que le venían dadas desde fuera. Su ética es autónoma
pues la regla de actuación (el imperativo) se la ha dado ella a sí misma.
Para Kant, la libertad radica aquí: ser libre
es obrar sin estar determinado por causas extrañas, sino determinando uno mismo
por la ley de su propia acción.
Como la moralidad (el hecho moral) es algo
que "de hecho" descubro en mí, que está ahí, necesariamente he de
afirmar la libertad porque ésta es necesaria para que haya moralidad.
Podemos afirmar que en Kant libertad y
moralidad coinciden. La libertad la encuentro claramente al darme cuenta de que
soy responsable de mis acciones.
2.
Los postulados
de la razón práctica
El hecho moral que encuentro en mí, el hecho
de "el deber " (debo hacer esto) que se me impone por sí mismo hace
que deba afirmar la realidad de unos "postulados de la razón
práctica" necesarios como condiciones para la vida moral.
Estos postulados (libertad, inmortalidad,
Dios) que no son susceptibles de justificación teórica, son exigidos por la
razón práctica como condiciones de la vida moral. La afirmación de estos
postulados, por carecer de justificación teórica, ha de realizarse por un acto
de la fe práctica.
a. Existencia de la libertad:
Ya hemos dicho que moralidad y libertad se
corresponden, por tanto, si la moralidad es un hecho, la libertad es un hecho
indiscutible. Podemos añadir, que hablar de obligación sólo tiene sentido en un
ser libre. Por tanto, para poder vivir moralmente estamos obligados a creernos
libres. Podemos decir que la libertad es condición de la moralidad; y descubro
en mí la libertad al conocerme responsable de mis acciones.
Esta afirmación ¿no va en contra de los
resultados obtenidos en la crítica de la razón pura? Kant dirá que no.
El mundo de los fenómenos, o mundo sensible,
está sometido a la necesidad de las leyes que el entendimiento le impone para
percibirlo; pero, el mundo de las cosas en sí (noúmeno), del cual sólo sabemos
que es fundamento del mundo sensible, no está sometido a las categorías y por
tanto, nada nos impide afirmar que allí se da la libertad. De aquí se deriva la
siguiente conclusión antropológica: el hombre, como fenómeno, es un elemento de
la naturaleza y sus acciones están determinadas por causas. En cuanto "ser
en sí" es capaz determinarse a sí mismo a obrar, puede empezar por sí
mismo una acción que se traduce en el mundo sensible por una serie de fenómenos
encadenados (necesidad).
b. Inmortalidad del alma
Kant dirá que el bien moral supremo es la
conformidad perfecta de nuestras intenciones con el deber, es decir, ser
perfectamente virtuoso o "santo". Kant considera que esta santidad no
se puede alcanzar en la vida terrena. Pero al ser algo exigido por la razón
práctica, ha de ser posible alcanzarla. No siendo posible durante la vida
terrena, es necesario postular la persistencia de la persona después de la
muerte, es decir, la inmortalidad.
c. La existencia de Dios
El hombre no puede pensar en un bien supremo
que no integre en sí la felicidad. Kant entiende que la felicidad es "el
estado que un ser racional a quien todo acontece en el mundo según el deseo de
su voluntad". Pero, al no ser el hombre creador y señor del mundo no puede
gobernarlo de forma que a la virtud le siga la felicidad.
Hace falta que exista "una causa de la
naturaleza entera, distinta de ella y que contenga el principio de
moralidad". Como además ha de ser capaz de proporcionar la felicidad
conforme a derecho, es decir, al más virtuoso, más felicidad, ha de dar la
felicidad con un acto de voluntad, derivado del conocimiento. Este ser que
dirige la naturaleza toda con la inteligencia y voluntad ha de ser Dios.
Þ
COROLARIO
La conclusión a la que llega Kant es patente:
Si bien no podemos tener conocimiento científico acerca de Dios, del alma,
podemos postular su posibilidad desde la ética. "Tuve, pues, que anular la
razón para dejar algo de sitio a la fe".
Afirmar algo que no conozco es un acto de fe.