fue un pacto alcanzado el 10 de agosto de 843 entre Lotario I, Luis el Germánico y Carlos el Calvo —hijos de Ludovico Pío y nietos de Carlomagno—, en la localidad francesa homónima. Este tratado tuvo como origen la ordinatio imperii, que decretaba el modo de proceder si fallecía uno de los monarcas subsidiarios sin descendencia. No obstante, esto dio como resultado una serie de conflictos en el imperio que, lejos de solventar las divisiones, las acentuó.